Una vez más, como todos los años, estamos en vísperas del 12 de diciembre, fecha que en México tiene un significado muy especial.
Una fecha que está grabada en el corazón de todos los mexicanos puesto que da fe de un símbolo de la nacionalidad ya que recuerda como un 12 de diciembre de 1531 tuvimos el privilegio de que entre nosotros se presentara la Virgen que forjó una patria.
Fue a partir de tan feliz acontecimiento que el pueblo que iba naciendo empezó a tomar conciencia de su propia identidad. Toda una efeméride nacional.
Sin embargo, si echamos una ojeada al calendario oficial, nos llevamos una sorpresa al ver cómo el 12 de diciembre es el día del funcionario bancario.
Sí, aunque nuestros amigos lectores no lo crean, una fiesta tan grande como es la de la Guadalupana queda reducida a la burocrática situación en que se rinde homenaje a quienes laboran en los bancos.
Con esto de ninguna manera queremos decir que quienes trabajan en el sector bancario no merezcan un merecido homenaje.
Consideramos que merecen ese homenaje y mucho más; sólo que en otra fecha distinta al 12 de diciembre.
Una vez más se hace patente la hipocresía de un Sistema liberal a quien le cuesta entender como la Virgen de Guadalupe es uno de los pilares de la nación mexicana.
Dicho Sistema liberal, antes que nadar contra corriente, hizo lo mismo que un mago de feria pueblerina sacándose un as de la manga.
Y al ver como el fervor popular hacia la Guadalupana en tal fecha iba a paralizar toda actividad económica prefirió curarse en salud.
Y ya que la actividad económica de todos modos se iba a detener el 12 de diciembre, el Sistema decretó que en tal fecha permaneciesen cerrados los bancos.
Y es que al cerrarse los bancos se paraliza todo…
De ese modo, gracias a la hipocresía de un Sistema liberal que en el fondo es anticatólico, si no se dan operaciones bancarias el 12 de diciembre no es tanto por honrar a la Virgen de Guadalupe sino más bien porque los bancos cierran sus puertas.
A fin de cuentas –aunque les cueste aceptarlo- el Sistema liberal acaba reconociendo que el 12 de diciembre es fiesta nacional.
Es aquí donde se impone una reflexión.
¿No sería mejor dejarse de hipocresías y de una buena vez por todas y para siempre decretar fiesta oficial el día de la Virgen de Guadalupe?
Vale la pena recordar como Benito Juárez, masón perseguidor de la Iglesia, publicó un decreto el 11 de agosto de 1859 en el cual se declaraba festivo el 12 de diciembre.
Y aún hay más: El también masón Sebastián Lerdo de Tejada, sucesor de don Benito, al ratificar el decreto en el que se suprimían las fiestas religiosas, conservó la del 12 de diciembre por ser, según sus propias palabras, “intocable”
Estos datos los hemos tomado de la muy documentada obra del Padre Lauro López Beltrán, “Álbum Guadalupano” que publicó en la Editorial Jus en 1973.
Ante tales antecedentes, considerando el respeto (al menos en apariencia) que Juárez y Lerdo de Tejada tenían por la Guadalupana así como el gran fervor de nuestro pueblo…..¿No sería mejor que en este caso la Ley respete la realidad proclamando fiesta nacional el día de la Virgen de Guadalupe?
Ya va siendo hora de que las mentiras e hipocresías de la Historia Oficial vayan siendo arrojadas al basurero.
Te puede interesar: Próximos cambios en la cúpula episcopal
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com
Facebook: Yo Influyo