Pareciera ser que desde la óptica del presidente todo está perfecto, y quien se atreva a decir lo contrario está en contra de la transformación del país.
Desde la óptica de la educación, el proceso de aprendizaje – enseñanza se centra en el desarrollo integral del estudiante, acompañado de sus tutores, profesores y demás guías.
Esta plataforma es importante, pues siempre debe existir un diálogo abierto, donde se permita el buen decir pero también el buen oír.
Este contexto, tan básico, elemental y sustancial para cualquier relación humana; lo vemos carente en el modelo socio político del actual gobierno mexicano.
Es doloroso, frustrante y desesperante ver –porque solo se puede eso, ver– al titular del Ejecutivo abrir un espacio de supuesto diálogo donde solo se invierte el tiempo en evitar, contradecir y menospreciar a quienes piensan distinto a él.
Se le olvida a Andrés Manuel la máxima popular de que “nadie es perfecto”. Pareciera ser que desde la óptica del presidente todo está perfecto, y quien se atreva a decir lo contrario está en contra de la transformación del país.
Me pregunto, ¿en qué escuela enseñan que nadie te puede contradecir? Tal vez en el curso de verano al que asiste Jesús Ernesto, menor hijo de López Obrador, en el Camp Santa Úrsula de San Luis Potosí. Donde se paga aproximadamente entre $40 y $60 mil pesos. ¡Ah! Pero se me olvida, el presidente tiene otros datos, aquí no cuenta la austeridad.
¿Por qué nos preocupa tanto un presidente como AMLO? ¿Realmente es el mesías esperado?, nos espanta tanto que se necesita una carta compromiso de “no reelección”.
¿Qué tipo de educación es esta? No lo sé. Pero sí tengo la plena certeza de que no escuchar es no educar. Y es que la política y la democracia también deben ser orientados. Ser presidente a nadie lo hace omnisciente.
¿Quién o qué acontecimiento le hará entender a nuestro presidente que el camino no es por ahí? México es más que un presidente. Pero un presidente es la representación de toda una nación.
No abandonemos la esperanza de que cosas buenas nos puede dejar esto. La fe nos dice que todo es certeza De Dios. Sin duda este trayecto de nuestro pueblo nos dejará razones para aprender. A final de cuentas siempre estamos aprendiendo. Y toda experiencia es una cátedra de vida.
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