¿Qué hemos lastimado que nos hace lastimar? ¿Qué nos impide sonreír?
¡Abrazaos millones de seres!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amante.
¿Os postráis, Millones de seres?
¿Mundo, presientes al Creador?
Búscalo por encima de las estrellas
¡Allí debe estar su morada!
En su tradición más fiel, esto nos expresa una de las estrofas de la Sinfonía No. 9 de Beethoven “Oda a la Alegría”.
En estos momentos tan significativos para nuestro amado México, una visión donde pensemos que “todos somos hermanos” nos permitirá acciones transformadoras en lo sustancial.
¿Qué nos ha hecho dividirnos?, ¿Qué hemos generado para separarnos?, ¿Qué hemos lastimado que nos hace lastimar?, ¿Qué nos impide sonreír?, ¿Qué obstaculiza estar alegres?, ¿Que nos falta o qué nos sobra?
Motivo de júbilo es ser amigo de un amigo, también ser miembro de una familia, pertenecer a un grupo de referencia, contemplar la naturaleza y dejarse contemplar por ella, conquistar un noble amor, abrazar con pasión a alguien, llorar con dolor una tristeza. Todo es libre y liberador.
Nuestra sociedad es esta gran familia constituida por pequeños núcleos familiares. Se puede traer al momento la enorme dicha que se genera al saber que un nuevo miembro llegará para incrementar – no solo en número, sino en Amor, el entorno de hogar, ¡Alegría! Motivos para celebrar: un nuevo ser se aproxima, un nuevo mexicano se está gestando.
¡Alegría en México! Cuando confiamos en las posibilidades de los demás, y nos convertimos en mujeres y hombres en el corazón de los demás. Así es como humanizamos los espacios, pero también espaciamos la humanidad.
¡Sonrisa! Cuando vemos tantos niños que se educan, porque saben que después ellos serán educadores. Y entonces encontramos personas que a su edad y contexto se permiten expresar lo que sienten, lo que quieren, lo que pueden, lo que saben, lo que ignoran, lo que creen, lo que deben, lo que hacen. Esto es motivo de inmensa alegría, se forman seres pensantes.
¡Mucha más alegría en nuestro querido México! Porque ante la mentira – la verdad, ante la venganza – el perdón, ante la violencia – la paz, ante la inseguridad – la confianza, ante la indiferencia – la solidaridad, ante el miedo – la fe, ante el odio – el amor. De esto se trata, el primero en pedir perdón es el más valiente, pero el primero en perdonar es el más fuerte. Esto permite que exista verdad en la mente, bondad en el corazón, generosidad en las manos.
¡México feliz! En su enorme y hermosa diversidad. Son grandiosas las diferencias que amalgaman la posibilidad de encontrarnos y complementarnos. Y conforme pasa el tiempo se descubre la enorme garantía de sabernos prójimos, hermanos en lo “glocal”, corresponsables de nuestro desarrollo integral.
Al educar buscamos esto: que todos encuentren por sí mismos su felicidad y ayuden a otros a descubrir la suya. Y no la felicidad superflua, etérea, temporalmente eufórica. Buscaremos siempre con miras de eternidad, hacia el sentido último, que muchos llamamos Dios.
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com