Tu rol primario en la organización, ¿sigue privilegiando que afloren tus talentos o provoca que se hagan notorias tus debilidades?
Dirigir una empresa implica encontrar momentos óptimos para pensar.
Y no se trata sólo de cuestionar constructivamente las actividades cotidianas de la organización con un enfoque de eficiencias, sino de meditar asuntos estructurales que permitan reflexionar sobre la salud estratégica y funcional en el quehacer institucional en distintos plazos.
Algunos directivos piensan solos y con determinada disciplina de método. Otros prefieren pensar en voz alta y requieren rebotar reflexiones con terceros que, además, documenten la resultante de ese proceso de pensamiento.
Para quienes prefieren el diálogo reflexivo, aquí una relación de diez preguntas inocentes que –sin importar el estado de la posición financiera del negocio– nunca está de más hacer o hacerse en la antesala del cierre de un año retador:
1) De todo lo que hace la compañía, ¿qué exactamente genera dinero y qué no?
2) De todos los proveedores vigentes, ¿con quién has creado asociaciones de soporte y complementariedad real y no debes descuidarlos?
3) ¿Has ya logrado automatizar todo lo automatizable en tu operación?
4) ¿Has ya logrado digitalizar todo lo digitalizable en tu modelo de negocio?
5) ¿Has logrado disminuir a un nivel cercano a cero reprocesos y desperdicios evitables en cada frente de tu acción individual y colectiva?
6) ¿Qué exactamente valoran de tu oferta de valor los 10 clientes con mejores márgenes?
7) ¿Cuál es la variable de mayor riesgo actual en tu modelo de negocio actual? Esa variable que, si se llega a deteriorar de forma significativa, fractura de manera estructural la compañía.
8) De tu primera línea de reporte, ¿quiénes aportan tensión constructiva y quiénes navegan con bandera de ingenuos?
9) ¿Cuáles son tus obsesiones perpetuas dentro del negocio?
10) Tu rol primario en la organización, ¿sigue privilegiando que afloren tus talentos o provoca que se hagan notorias tus debilidades?
No creo que exista una organización perfecta. Pero sí es posible distinguir entre empresas que sólo repiten mecánicamente un determinado método funcional que fue diseñado con cierta lógica pasada y empresas que sistemáticamente están cuestionando sus métodos, sus formas, su oferta de valor, en el continuo deseo de llevar su operación o su gestión a un nivel superior del que actualmente tienen.
No creo, tampoco, que existan directivos infalibles. Pero sí es posible diferenciar entre aquellos que dirigen inercialmente y aquellos que optan por dirigir cuestionándose –un día sí y otro también– si esa es la mejor forma de hacer lo que hacen o de entregar el resultado que entregan.
Y es que si bien todo en una compañía es siempre perfectible, todo en dirección parte de encontrar las respuestas óptimas a las preguntas inteligente y oportunamente planteadas.
Y concluyó la Bianual de Minería en Acapulco…
Sin contratiempos, del 22 al 24 de octubre se llevó a cabo en Mundo Imperial la 33ª Convención Internacional organizada por la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, A.C.
Por razones exógenas y endógenas, el sector minero mexicano enfrenta una mezcla compleja de retos, pero ello no impidió que se respirara buen ambiente en un evento que –entre otros contenidos interesantes– ofreció las conferencias del historiador Enrique Krauze y de Mark Eaton, exjugador de la NBA.
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