“Lamentable que se hayan aprobado en el Senado reformas a la Ley del Banco de México que ponen en riesgo a las reservas internacionales y que atentan contra la autonomía del Banco de México”.
Morena se está dando cuenta que ya no tiene asegurada la elección del 2021. Debe saber que la fama del presidente no garantiza que Morena vaya a obtener buenos resultados en las elecciones. El resultado de una elección no es fiel reflejo ni depende de la fama de un presidente. Es muy posible que aun quienes sostengan que el gobierno ha tomado buenas decisiones, caigan en la cuenta de la necesaria fortaleza de la oposición en la Cámara de Diputados. Lo mejor es un congreso equilibrado, que opere bajo un equilibrio de fuerzas.
Lo cierto es que el jefe omnipotente de esa mayoría oficial que es Morena ha caído en la cuenta de que el poder absoluto se tambalea porque la oposición ha decidido fortalecerse. Cada día, el presidente se debilita, se asusta y, en consecuencia, delega en sus diputados y senadores (quienes carecen de empacho y hasta de amor propio) la presentación de iniciativas que debilitan instituciones y que pretenden aglutinar aún más el poder del presidente.
Tal es el caso de la iniciativa de reforma a la Ley del Banco de México, presentada y aprobada en el Senado y por turnarse a la Cámara de Diputados. Integrantes de la junta de gobierno del Banco de México, inmediatamente enviaron un tuit:
Gerardo Esquivel (propuesto por López Obrador) en su tuit @esquivelgerardo señaló: “Lamentable que se hayan aprobado en el Senado reformas a la Ley del Banco de México que ponen en riesgo a las reservas internacionales y que atentan contra la autonomía del Banco de México. Espero que en la Cámara de Diputados se corrija esta situación.”
Jonathan Heath (propuesto por López Obrador) en su tuit @JonathanHeath54 señaló: “Son bastantes los argumentos en contra de las reformas a la Ley del Banco de México. Uno de los más importantes es que no se vale reformar una ley para favorecer a una sola empresa, en especial con antecedentes negativos con la SEC de EE. UU.”.
Éstas son voces que surgen de las propias filas del partido del presidente. Sobra citar las voces, todas reconocidas y valoradas, que vienen de la oposición y que analizan lo ominoso de tal reforma de ley.
Obligar al Banco de México a comprar dólares implica entrometerse en su autonomía y, al mismo tiempo, libera a las instituciones bancarias de la obligación de verificar los depósitos de dólares en efectivo. Eso para algunos bancos será muy cómodo, a quienes lavan dinero les parecerá una propuesta maravillosa, pero, para el Estado Mexicano, debería significar una alerta preocupante y hasta sujeta de ser investigada. Resulta gravísimo que el Senado de la República haya aprobado esta reforma al Banco Central, sin discusión alguna y mostrando una gran ignorancia con respecto a una institución que costó muchas décadas blindar de los intereses del poder político y de los particulares. Ahora está en riesgo su autonomía e incluso –de ser aprobada la reforma– se expone a ser investigado internacionalmente por lavado de dinero.
El diálogo que se está dando dentro de la oposición es necesario y no puede descuidar estos flancos. El poder de Palacio Nacional se debilita; quien lo detenta está asustado, no han salido bien las cosas a pesar de su intromisión hasta en la oposición. Esto significa que el presidente buscará hacer las reformas posibles para aglutinar el poder; de aquí a las elecciones el estado de alerta debe existir para los partidos de oposición a fin de que revisen cada iniciativa que se intente pasar “de una vez” para mantenerse en el poder, porque tiene miedo del triunfo de fuerzas de oposición en el 2021.
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