Hemos pasado una semana particularmente difícil. Por fortuna sé lo que vale México y conozco la fortaleza de sus ciudadanos; de lo contrario estaría preguntándome muchas cosas con respecto a las sesiones del Congreso. Al final acabo siempre con la misma conclusión: no vale rendirse, hay razones para no claudicar, México tiene esperanza.
Y claro que se oye bien que la esperanza está de nuestro lado, por supuesto que tenemos que mirar hacia el futuro; pero es importante también darnos cuenta del daño ocasionado por esta clase política que de nuevo tiene muy poco. Desafortunadamente, el daño que generan es invisible para mucha gente. Nada más en esta semana, en la Cámara de Diputados se consumó un atraco en perjuicio de los trabajadores del Poder Judicial Federal al anular 13 de los 14 fideicomisos que los protegen y que permiten un buen desarrollo en la operatividad del propio poder. También se aprobó el asumir dos billones de deuda que se van a utilizar en el año electoral; aprobaron igualmente un aumento al impuesto en los servicios de aeropuertos al 9%, aunque, eso sí, para los servicios que lleven a cabo tanto la Secretaría de la Defensa como la Marina, éste será sólo del 5%. También aprobaron el aumento de impuesto en el rendimiento de nuestros ahorros al aumentar 5 veces más el porcentaje de retención. Aclaro que todavía falta que el Senado discuta estas reformas y la ley de ingresos.
Me voy a detener, una vez más, en el tema del Poder Judicial: la extinción de 13 de los fideicomisos en favor de los trabajadores y de la judicatura global es una expresión del uso faccioso el poder por parte del aparato del Estado. Es decir, el Poder Ejecutivo utiliza a sus dóciles diputados para votar una reforma que significa un robo y una violación a la certeza jurídica de los trabajadores del Poder Judicial.
Tanto en la Comisión de Presupuesto como en el pleno defendimos a los trabajadores del Poder Judicial de la Federación porque son víctimas del estado mexicano y, particularmente, de Morena y del titular del Ejecutivo. Los defendemos contra una flagrante violación del principio de división de poderes, del debido proceso, del principio de progresividad, de la garantía de audiencia, entre muchos otros.
Esta modificación de ley perjudica lo mismo a un magistrado de circuito que al personal administrativo de un juzgado. Hace unos días apareció en “tiktok” un joven que defendía el trabajo de su mamá quien lleva 25 años trabajando en el poder judicial:
“…en el poder judicial sí se trabaja, déjeme decirle señor presidente, que tienen horario de entrada, pero no tienen horario de salida; mi mamá tiene 25 trabajando para el Poder Judicial y no sabe cuántos eventos, cuántas fechas importantes, cuántos festivales se ha perdido por ir a trabajar y a servir. Yo soy uno de los tantos hijos que les han prestado a sus papás al poder judicial para que usted venga y diga que no se trabaja y está lleno de gente que no son profesionistas cuando todos son profesionistas y tienen maestría y doctorados. Y si algo tienen todos los trabajadores en común es que están comprometidos a servir y lo sé por su ritmo de trabajo ya que le dedican la vida a la institución…”
Así es que no todo es tristeza. Estamos revalorando a un poder que sirve de contrapeso efectivo a los actos autoritarios del ejecutivo, que utiliza a sus diputados exclusivamente para sus intereses y para implementar venganzas.
Aun así, la presidencia sigue sin estar a la altura de las circunstancias. El presidente respondió con una frivolidad que ya le es manifiesta al decir que “ojalá (el paro de actividades) dure mucho tiempo para que no liberen delincuentes”. Esa es una expresión clara de su motivo verdadero: la venganza. Por supuesto que al presidente no ha tocado a quienes verdaderamente desvían fondos, a los responsables del fraude en Segalmex donde el fraude fue, precisamente, por un monto equivalente al de los fideicomisos que ahora cancela. Nada ha hecho con respecto a la Línea 12 del Metro, ni del IMSS con los 17 fallecidos en Tula, ni con los 117 de Tlahuelilpan; nada ha hecho con respecto a los migrantes que murieron en Ciudad Juárez.
Debemos defender a nuestro país desde muchos frentes y ante muchos embates. Felicidades a quienes respondieron con organizar y asistir a la marcha convocada para defender a México. El Poder Judicial es uno de los tres poderes que, si se garantiza su actuación independiente y libre, genera un ambiente de gobernabilidad y certeza en la defensa de las y los ciudadanos y una administración de justicia. Eso significa sin duda la defensa más directa de nuestra democracia.
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