Los incondicionales de la 4T consideran un triunfo, lo que en realidad fue un fracaso, pues votaron por AMLO menos de la mitad de quienes lo hicieron el 2018.
La orden de arriba a todos los altos funcionarios del gobierno y líderes de Morena fue presentar la revocación de mandato como un triunfo para el presidente López Obrador.
En la burda transformación por el gobierno de un fracaso en un triunfo, se cumple el dicho “los números no mienten, pero los mentirosos hacen números”.
Los incondicionales de la 4T consideran, con base en comparaciones amañadas, un triunfo lo que en realidad fue un fracaso, pues votaron por AMLO menos de la mitad de quienes lo hicieron el 2018, lo que demostró una gran baja en su popularidad, aún sin tomar en cuenta los acarreados y el dinero que se repartió entre los que fueron a votar, y la amenaza de quitarle ayudas del gobierno a quien no votara por “que continúe AMLO”.
El total de ciudadanos con derecho a votar en la consulta popular fue de 92.8 mil millones y votaron el 18.1%, menos de la mitad de lo necesario para que tuviera validez y fuera vinculante, para lo cual deberían haber votado por los menos el 40% inscritos en el padrón electoral, 37.1 mil millones, y votaron, a pesar del acarreo y miles de millones gastados ilegalmente en propaganda en todas las ciudades y pueblos de la república, aproximadamente 17 millones. Les faltaron 20 millones para que fuera valida, ganó el NO VOTES, que implicó un rechazo a AMLO y a abrirle la puerta a su relección, como pasó con esa consulta en Venezuela y Bolivia.
La consulta oficialmente no es válida ni vinculante, los más de 5 mil millones gastados en ella por el INE y Morena, fueron tirados a la basura, aunque demostraron que los votantes por AMLO se redujeron a la mitad, de 30,1 millones en 2018 a 15 millones en 2022. De obtener el 51.3% de los votos del padrón electoral en 2018, en 2022 obtuvo 18.3%, según conteo rápido.
Ocho de cada 10 mexicanos con derecho a votar, no votaron por AMLO. Y como decía el famoso comentarista de beisbol, el Mago Septién, de quien escuchaba AMLO los juegos por radio: “al final solo queda la frialdad de los números”.
Si AMLO acepta la frialdad de los números, la consulta le servirá para corregir lo que va mal en su gobierno, que puede rectificar en sus restantes casi tres años, pero si no quiere ver la realidad y se auto engaña, inventando su realidad, que le haga pensar que hay una alta aprobación de su mandato, hundirá más al país y terminará como uno de los peores presidentes de la historia de México.
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