Culpar al gobierno de todas las fallas en el control de la pandemia es injusto, pero también callar las que han tenido.
Pasé por una construcción y le dije a los albañiles, “en buena onda ¡qué pasó con los cubrebocas!”, me contestó uno de ellos: “Es invento del gobierno lo del virus”. A otra persona, encargada de protección civil en un municipio, le pregunté: “¿Cómo van?”, refiriéndome al coronavirus. Su respuesta: “¡No entienden, por más que les decimos que usen cubrebocas y no se reúnan en grupos en la calle, no hacen caso!”.
Culpar al gobierno de todas las fallas en el control de la pandemia es injusto, pero también callar las que han tenido.
La primera falla es la tardía respuesta a la pandemia. En otros países tomaron medidas desde principios de año. Dieron protocolos a hospitales y clínicas para combatirla, en México esperaron señales del presidente para tomar medidas. El Consejo de Salubridad General, compuesto por secretarios de Estado y académicos, que por ley la Secretaría de Salud debe consultar para tomar decisiones, es ignorado o solo nombrado, pero no resuelve nada. (ver Art. 73, fracc XVI de la Constitución).
Desecharon las pruebas de detección viral, fundamentales para identificar los brotes. El subsecretario de Salud dijo que el cubrebocas da una falsa sensación de seguridad. Lo expresó para quedar bien con el presidente, a quien no le gusta usarlo. Por eso perdió el respeto de doctores, especialistas y académicos.
En una encuesta realizada por medio de Twitter, en la que participaron 2,865 personas, el 91% consideró que los datos sobre contagios y fallecidos dados por el gobierno son falsos.
Muchos gobernadores manifestaron su descontento con la estrategia del gobierno federal para combatir al COVID-19, el recorte de recursos y la escasez de material en los hospitales.
Mientras especialistas y doctores recomendaban el uso del cubrebocas y se quedaran en casa, el presidente ignoró esas recomendaciones. Salió de Palacio Nacional para realizar giras, violó el “quédese en casa” y no usaba cubrebocas en público.
Politización de decisiones, mal ejemplo, soluciones tardías, recorte de recursos a hospitales públicos, decisiones sin consultar a especialistas y manipulación de cifras, impidieron una lucha eficiente contra el coronavirus. México, en algunas semanas llegó a ocupar el primer lugar mundial de fallecidos por COVID-19 en relación con sus habitantes.
Te puede interesar: Hasta dónde caerá PIB en 2020
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com