Las decisiones del gobierno de López Obrador darán los mismos o peores resultados en 2021 que en 2019 y 2020: baja de la inversión directa, del comercio y de la creación de empleos.
Los desequilibrios financieros y la corrupción heredada del gobierno anterior y la presencia del COVID en 2020 influyeron en el retroceso de la economía en los dos primeros años del actual gobierno, pero la principal causa que generó la baja del nivel de vida de la mayoría de los mexicanos en esos 2 años, fueron las políticas anti-empresariales y estatistas puestas en práctica por el presidente López Obrador, a cuyo gobierno lo denominó la 4a Transformación.
La cancelación del aeropuerto de Texcoco, la detención de la construcción de una planta cervecera en Mexicali, la obstaculización por los directivos del CFE a la inversión privada en la generación de energías limpias y el freno a las empresas particulares en el sector petrolero, tanto en la extracción de petróleo como en la importación y venta de gasolinas, son las principales causas de la reducción de la nueva inversión directa, de la creación de empleos y de una caída del PIB mayor a la mayoría de las economías de los socios comerciales en 2019 y 2020.
La nueva inversión directa no creció en 2020, además del COVID, por las expectativas negativas que predominan a nivel mundial sobre la economía de México. La inversión financiera extranjera especulativa, las remesas y la renegociación de la deuda a elevados intereses, en comparación con los de EUA, Europa y Asia, le dan aire a la economía mexicana; pero estructuralmente la incertidumbre creada por las modificaciones constitucionales y las leyes secundarias, que le otorgan un poder arbitrario sobre la economía al ejecutivo, la falta de respeto a los contratos y al Estado Derecho, que parecen prevalecerán en 2021, no auguran un cambio positivo que nos lleve a vislumbrar un mejor panorama para México el 2021.
El COVID generará efectos negativos por lo menos el primer semestre del 2021. El gobierno tratará de mantener controlada la inflación y la devaluación hasta después de las elecciones, pero si las políticas estatistas y de obstaculización a la inversión privada, continúan dominando las decisiones del gobierno de López Obrador, los resultados serán los mismos o peores en 2021 que en 2019 y 2020: baja de la inversión directa, del comercio y de la creación de empleos.
No avizoramos un crecimiento económico sostenible para el año entrante, a menos que López Obrador abandone el camino al estatismo y socialismo de Estado, que fracasó en todo el mundo, y llevará a una peor situación a la economía mexicana en 2021.
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