Desde antes de que apareciera el coronavirus ya varios organismos nacionales e internacionales redujeron las expectativas de crecimiento de México para el 2020.
No cabe duda que el “coronavirus” es en gran parte responsable de la reciente caída de los precios del petróleo y del incremento del precio del dólar; sin embargo, sería un error culparlo de todos los desequilibrios que sufre la economía mexicana, y pasar por alto las acciones equivocadas y omisiones del actual gobierno de México.
Desde antes de que apareciera ese virus ya varios organismos nacionales e internacionales redujeron las expectativas de crecimiento de México para 2020. Las cuantiosas pérdidas de Pemex, récord en la historia de ese monopolio, la incertidumbre de la participación de la inversión privada en el sector energético, la costosa e innecesaria cancelación del aeropuerto de Texcoco, con pérdidas de miles de millones de pesos, violación de contratos y del Estado de Derecho, son de los principales factores que crearon expectativas negativas en la economía mexicana, antes de la aparición del “coronavirus”, que indirectamente generó una reciente baja del precio del petróleo, caídas de las bolsas y un menor crecimiento mundial esperado en 2020.
Las expectativas negativas de la economía mexicana fueron generadas por decisiones gubernamentales equivocadas, que desincentivan la inversión y el crecimiento económico desde el año pasado, sin ser reconocidas ni corregidas por el actual gobierno.
No nos confundamos, si bien los efectos sobre la economía mundial del “coronavirus” agravan la situación de la economía mexicana, no son la causa primera y principal de los desequilibrios macroeconómicos que existen en México.
Si el actual gobierno toma la cómoda y falaz posición de culpar al coronavirus de los desequilibrios actuales y latentes en México, como responsabilizar a los “conservadores” o a los “neoliberales” por la inseguridad, la falta de medicamentos en los hospitales públicos o la violencia contra las mujeres, la situación de la economía se agravará.
No reconocer las causas de los problemas de la economía mexicana e inventar culpables empeorará su situación.
Mientras el gobierno del presidente López Obrador siga repartiendo culpas y no asuma su responsabilidad en el deterioro de la economía y la seguridad, difícilmente habrá más inversión y empleo en 2020 y la economía mexicana no crecerá, como pasó en 2019.
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