En la marcha a favor del INE, los asistentes en la Ciudad de México y en 44 ciudades del interior, sumaron alrededor de un millón de ciudadanos, ninguno de los cuales fue acarreado. Asistieron por su libre voluntad.
En lugar del considerar el presidente esa marcha como una señal de descontento, tomó la ilógica respuesta de organizar otra más grande, en la que gastará miles de millones de pesos.
Entre burocracia del gobierno federal y de los gobiernos estatales de Morena, trabajadores de empresas estatales y miembros de Morena planean reunir como 2 millones, pero a un alto costo, mayor a los presupuestos juntos de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina para 2022. La mayoría vendrá del interior de la República, pues en la CDMX tienen minoría. Morena perdió delegaciones en la pasada elección.
El presidente no tiene a su alrededor un solo asesor sensato con el valor de advertirle el grave error de organizar esa costosa marcha, que tendrá la reprobación de la mayoría de los mexicanos y aumentará el malestar hacia el gobierno de la 4T.
El gobierno recorta el presupuesto para seguridad, pero incrementa los subsidios a Pemex y la CFE por su ineficiencia y corrupción. Sube la deuda externa e interna y las tasas para mantener la inversión extranjera financiera y directa. Y en lugar de mejorar sectores básicos de la economía, el gobierno de la 4T dedica tiempo y recursos a organizar una innecesaria y costosa manifestación con el objetivo de mostrar popularidad.
El gobierno de izquierda de AMLO tiene sus seguidores, que son todavía mayoría en encuestas que se realizan donde predominan los pobres, a quienes les advierten, como lo hacía el PRI el siglo pasado, que si pierde Morena dejaran de recibir ayudas. De esa gente pobre llenará su manifestación la 4T. En la marcha a favor del INE predominó la clase media, que asistieron sin que les dieran tortas, refrescos, dinero y transporte gratuito, costos que se pagarán con recursos de los impuestos en la proyectada marcha de la 4T.
Colaboradores, perdón, servidores del presidente tienen miedo de decirle que esa “contramarcha” tendrá efectos adversos para su gobierno, pero como manejarán millones para repartir sin ningún control ni supervisión en ese evento, se adhieren servilmente a esa costosa e innecesaria manifestación del gobierno a favor del gobierno.
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