Los impactos negativos a la economía del país para el presente año no sólo obedecerán a situaciones internas, sino también a los daños que ocasionará el coronavirus.
En 2019 la ausencia de crecimiento tuvo su origen en causas internas, pero en 2020, además de esas causas, se suma una externa: los efectos negativos del coronavirus en la economía mundial.
A pesar de ese factor externo, que dificultará remontar el crecimiento, sí hay forma de crecer en 2020, si el gobierno aplica las medidas adecuadas; pero si continuamos con las mismas de 2019, no solamente tendremos los mismos resultados del año pasado, sino peores.
Los efectos económicos del coronavirus son menor crecimiento mundial, del 0.5 por ciento, según la OECD. Los ingresos en el presupuesto del gobierno se calcularon con un crecimiento del 2 por ciento en 2020, la OECD lo prevé en 0.7 por ciento y Bank of America de 0.5 al -0.1 por ciento.
Hay diversas “recetas” para estimular el crecimiento, la de un mayor gasto público, si proviene de más impuestos implica menos recursos en el sector productivo. Es una “suma cero”: lo que gasta el gobierno lo deja de gastar el sector privado.
La solución, como ya se propuso en Alemania y en los Estados Unidos, es bajar impuestos, dejar más dinero en manos del pueblo, no quitárselo para que lo gaste el gobierno con el mito de “estimular la economía” o crear efímeras burbujas de crecimiento con emisiones monetarias que generan inflación.
Trump planteó no cobrar impuestos en lo que resta del año y la Reserva Federal recortó la tasa de interés de referencia en un rango de 0 a 0.25 por ciento. Angela Merkel en Alemania planea aplazar el cobro de impuestos y dar créditos baratos a las empresas privadas.
En México el problema es que el gobierno planea gastar más dinero en 2020 para ganar votos el 2021 mediante una supuesta “ayuda a los pobres”. También necesita más recursos para cubrir las crecientes pérdidas de su empresa petrolera.
La estrategia que reduciría los impactos negativos del coronavirus en la economía: baja del precio del petróleo, del turismo, de la inversión extranjera y de las exportaciones, implica que el gobierno reduzca la presión fiscal a los contribuyentes, incentive y garantice, conforme a las leyes actuales, la inversión privada en el sector energético, posponga la construcción de la refinería de Dos Bocas, reabra Texcoco, que lo construyan particulares, y cancele los gastos en programas para captar votos disfrazados de gastos sociales.
Sin esos cambios, la economía no crecerá el 2020 en México.
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