Ambos se crean enemigos, Trump a nivel internacional se pelea con casi todos y critica a la prensa que lo critica. López Obrador se pelea con los empresarios, periodistas y grupos que difieren de sus puntos de vista.
Ambos presidentes tienen un temperamento que los lleva a meterse innecesariamente en problemas, Trump a través de sus tuits y López Obrador en sus mañaneras.
Ambos se crean enemigos, Trump a nivel internacional se pelea con casi todos y critica a la prensa que lo critica. López Obrador se pelea con los empresarios, periodistas y grupos que difieren de sus puntos de vista. Trump, si pudiera, cerraría varios programas de TV y periódicos, López Obrador ya logró remover de programas a periodistas que lo desaprueban y si pudiera cerraría algunos periódicos.
A Trump le preocupan las próximas elecciones y muchas de sus actuaciones van dirigidas a ganar votos, a López Obrador le preocupan las elecciones legislativas del año entrante y muchas de sus acciones buscan conseguir los votos necesarios para mantener la mayoría en el poder legislativo.
En cuanto a las diferencias, López Obrador tiene más poder en México que Trump en los EUA. Trump no tiene mayoría en el Congreso y aun en su partido se oponen a muchas de sus decisiones. Un juez de un pueblito puede frenar una orden de Trump, mientras en México el presidente puede decidir qué leyes se aprueban y cuáles se paran, y aunque todavía hay jueces con criterios independientes, muchos de ellos tienen miedo y hacen lo que creen le agradará al presidente.
Trump no puede decidir dónde se construirá un aeropuerto ni frenar una inversión mediante una “consulta popular”. Tampoco decide quiénes manejan las compañías petroleras ni eléctricas, ni en qué lugar se abrirá una refinería. López Obrador, sí.
El poder de cada presidente sobre la economía de su país es mucho mayor en México que en EUA.
En México ninguno de los cambios propuestos por López Obrador incentiva la inversión privada. La carga de los impuestos creció y la cantidad de reglamentaciones está igual o peor. Ese entorno fue decisivo para la ausencia de crecimiento en el 2019; mientras Trump redujo los impuestos y ordenó que por cada nuevo reglamento se suprimieran dos de los existentes.
La reducción de impuestos impulsó la inversión, el empleo y el crecimiento en 2019 en EUA, mientras la inseguridad jurídica y la cancelación de inversiones privadas frenaron la inversión, la creación de empleos y el crecimiento en México.
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