¿Solo o a solas?

Es preocupante saber que la cifra de hogares unipersonales, al menos en las grandes ciudades del mundo está superando a la de las viviendas ocupadas por dos personas. La vida en solitario se está convirtiendo en una elección posible, sin que se les juzgue por querer hacerlo.

Ahora bien, una cosa es vivir solo, y otra muy distinta es sentirse solo. Puede ser algo que se disfrute, pero también algo que se sufre.

Afirma el filósofo Francesc Torralba que la soledad buscada es un bien para el alma, mientras que el aislamiento es una noción física, la soledad es una experiencia emocional. El estar con nosotros mismos es una conveniencia más que un inconveniente.

No obstante, le tenemos miedo a la soledad, nos sentimos tristes al estar solos.  Y más duro es el sentirse solo cuando estás en una relación, vives en una familia o formas parte de un grupo.

Recuerdo como en una conferencia de más de 500 mujeres, les pedí que levantaran la mano aquellas que se sintieran solas en ese momento de su vida.  Tristemente más de la mitad del auditorio lo hizo, a pesar de estar casadas y tener familia.

Si por algo no hemos aprendido a estar a solas, o a vivir alguna etapa de la vida en solitario, nos sucede que empezamos a rellenar todos los espacios vacíos que quedan entre horas, entre semanas, entre el día y la noche.

Seguramente conoces a personas cuyas agendas están totalmente llenas, no sabe estar solo, y tampoco lo desea.

Me gustó la comparación del vaso medio lleno o medio vacío en el tema de la soledad: siempre estamos solos, del mismo modo que nunca estamos solos.

No se trata de decidir si es mejor vivir solos o acompañados. Lo importante es que tenemos que buscar momentos de reflexión, para encontrarnos con nosotros mismos, con nuestros miedos, alegrías, sueños y frustraciones.  No tener miedo a estar solos.  Bien dicen que lo más difícil en este mundo es conocerse a uno mismo.

Como ya lo mencionamos, el sentirse solo no tiene nada que ver con estar o no acompañado.  Si realmente sufres este sentimiento de soledad, reflexiona que está sucediendo en tu vida: ¿eres capaz de establecer relaciones profundas y duraderas?, ¿te preocupes de lo que les sucede a tus seres queridos y amigos? ¿te das a ti mismo?

O más bien, lo único que esperas es que los demás te busquen y te nutran, que se preocupen por ti y tus problemas.

Recuerda, una relación es de dos personas, para que te amen y respeten, tienes que saber amar y respetar a los demás.

Lo importante no es dónde, cuándo y cómo, sino que no falte la capacidad de amar y ser amados.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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