Si en vez de ser 23 millones de mexicanos los que ayudan a los demás, logramos ser el doble o hasta el triple, definitivamente México cambiaría y sería mejor.
Escuchamos, leemos y comentamos que vivimos en una época de crisis, tanto económica, política, social y de valores. Esto influye y afecta nuestro comportamiento. Es por eso que hoy, quiero reflexionar contigo sobre cómo aprovechar los momentos de crisis y volvernos más solidarios unos con otros.
Escribe Xavier Giux en su artículo en la revista El País: nuestra capacidad altruista aflora en los tiempos difíciles. En las crisis, sobre todo económicas, se necesita ayudar y crear una red de confianza que permita seguir creyendo unos en otros.
Las personas tenemos la necesidad de conectarnos, prácticamente por encima de cualquier otro impulso e incluso arriesgando la vida por ello.
Hablar entonces de una conducta altruista, que significa preocuparnos por los demás, surge de nuestra propia esencia. No se trata de que algunos tengan el gen altruista y otros el gen egoísta, sino de lo que nos une a todos
Preguntémonos: ¿Qué tanto nos ayudamos los mexicanos unos a otros?, ¿qué tanta conciencia tenemos de la responsabilidad social hacia aquellos que tienen menos que nosotros? No me cabe la menor duda de que cuando se han presentado enormes desastres naturales: temblores, inundaciones, huracanes, la ayuda incondicional de los mexicanos surge de inmediato.
Sin embargo, en el día a día, ¿qué tan solidarios somos?, ¿qué tanto de nuestro tiempo, dinero y esfuerzo se destina a los más necesitados?
Se han realizado estudios sobre este tema en nuestro país. El tiempo dedicado al trabajo voluntario varía de persona a persona. Existen los llamados voluntarios intensos que se calcula es el 8% de los mexicanos. Los voluntarios típicos que tienen una dedicación constante a las actividades solidarias, que va de dos o tres veces por semana a una vez cada quince días, que representa un 9% de su tiempo.
Por último, el tercer perfil de los actores solidarios corresponde a aquellos a los que se nombra infrecuentes o esporádicos, que dedican a estas labores desde una vez por mes a varias veces al año.
En resumen, el promedio de días por mexicano que se dedica a realizar alguna actividad filantrópica es de 27 al año, y si extendemos esa cantidad al 40% de toda la población mexicana mayor de 18 años, tendríamos que aproximadamente 23 millones de personas estarían aportando cada una un promedio de 2.2 días labores por mes.
¿Es suficiente? En lo personal me parece que el tiempo por mexicano en apoyo de otros es muy poco, partiendo de la base de los 112 millones de mexicanos que somos.
La solidaridad y el trabajo voluntario tienen implicaciones profundas para la sociedad mexicana. Favorece la construcción de lazos de amistad, conocimiento de otras personas y situaciones, la experiencia de la generosidad y la reciprocidad, la adquisición de nuevas habilidades, experiencias de trabajo, además de la satisfacción personal y el gusto de percibido tanto en lo individual como en lo grupal.
¿Cómo ayudar entonces? Con las cualidades, tiempo y circunstancias que tengas en este momento. Los campos son muchos: niños, ancianos, discapacitados, enfermos, personas solas, adicciones y otras, que necesitan de un poco de tu tiempo, de tu cariño, de tu compañía. La ayuda no solo es asunto de dinero.
Te invito a reflexionar: si en vez de ser 23 millones de mexicanos los que ayudan a los demás, logramos ser el doble o hasta el triple, definitivamente México cambiaría y sería mejor. Que la crisis no nos afecte: ¡seamos más que nunca solidarios unos con otros!
Te puede interesar: Decálogo en las redes sociales
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com