Mirar al otro es una manera de expresarle que las palabras que se están diciendo son sinceras e importantes.
En un matrimonio, las discusiones o desacuerdos son normales, no tiene que ser algo negativo, siempre y cuando se vivan con ciertas características que permitan que esto lleve a unir más a la pareja, de aquí lo importante que es el “saber discutir”.
Para que una discusión cumpla con el objetivo de construir y fortalecer tu matrimonio, te recomiendo tener en cuenta los siguientes aspectos:
– Respetar al otro, ante todo: independientemente de lo que se diga, no hay que detonar una ofensa de ningún tipo (verbal, psicológico o física). Cuidar que el cónyuge siempre sea más importante que el problema y los sentimientos que de él surgen, y de la misma manera no identificar a la persona con el conflicto, quizás el otro ha cometido un error, una imprudencia. pero eso no elimina todas sus cualidades y aciertos que ha tenido en otras situaciones.
– Evitar la crítica y el sarcasmo: al hablar de tus puntos de vista evitar frases ofensivas. Hacer referencia a lo que se siente y no a lo que el otro hizo, y mucho menos a sus intenciones. El sarcasmo en lugar de ser una herramienta de diálogo, es un arma que ofende y lastima.
– No buscar culpables: se puede caer en la tentación de buscar deslindarse del problema acusando al otro: tú tienes la culpa de…Esto aporta poco a la solución y separa a los esposos. Es necesario abordar el conflicto como un problema de ambos y como un riesgo para su familia.
– Evitar recurrir a problemas pasados: limitarse al tema en cuestión y evitar resucitar asuntos ocurridos anteriormente que a su vez atraerán viejos resentimientos: todavía recuerdo aquella vez que.
– Evitar las generalizaciones y exageraciones: el decir nunca, siempre, todo y nada no ayuda. Estas generalizaciones son falsas porque no es verdad que una persona nunca escucha, sin embargo, suelen causar mucho daño a la persona a quien se le adjudican e impiden llegar a una solución.
– Trabajar juntos por resolver el problema, sin buscar ganarle al otro. Las discusiones no son una manera de demostrar quién es el mejor, sino un medio para compartir diferentes puntos de vista y llegar a una solución más eficaz dos cabezas piensan más que una. Si se convierte en una pelea por el poder, al final, los dos habrán perdido. Se trata de pensar en ganar-ganar, para lo cual ambos tendrán que ceder.
– Mirarse a los ojos. Mirar al otro es una manera de expresarle que las palabras que se están diciendo son sinceras e importante. Además, si lo miras a los ojos, es más difícil ofenderlo. Es un pequeño gesto que puede hacer una gran diferencia.
– Evitar la intervención de terceras personas. Buscar solucionar los problemas del matrimonio sin la intromisión de personas ajenas, aunque sea un familiar muy cercano, lejos de ayudar suele calentar los humos en las discusiones. La intervención de un especialista capacitado y objetivo, sí puede ser de ayuda en la resolución de conflictos de los esposos, ya que es un punto de vista neutral.
– Hablar más de lo bueno que de lo malo. Exigirse de modo personal hablar del lado positivo del conflicto o de otro asunto antes de abordar de lleno el tema de la discusión. Esto suscitará en ambos una actitud interior positiva y conciliadora.
– Pedir perdón y perdonar. Todos cometemos errores y en consecuencia podemos herir a otras personas particularmente al cónyuge. Hay que saber reconocerlo, pedir perdón por las ofensas que realicemos, y también saber perdonar. El resentimiento y el rencor lastiman a quien lo siente y obstaculiza el amor.
Eviten al discutir el acusarse uno al otro, el abordar varios problemas a la vez; eviten hacerlo delante de los hijos, cuando están muy alterados o mientras realizan otra actividad. Nunca mentir o subestimar la comprensión del otro, y mucho menos ser indiferentes o pasivos ante los problemas.
Debemos tomar en cuenta que hombre y mujer se comunican de manera diferente, debes conocer el estilo y la forma en que tu esposo o esposa se comunica.
Y siempre hablar a tiempo de los problemas, nunca dejar pasar las cosas que molestan en la relación, ya que de otra forma irán creciendo y que sea ya demasiado tarde para abordarlos.
Recuerda, una buena discusión ayudará a que tu matrimonio se fortalezca, una mala, hará que cada vez estén más alejados.
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