¿Por qué lloramos?

Los seres humanos somos las únicas criaturas en las cuales las lágrimas están relacionadas con los sentimientos. 

Biológicamente, las lágrimas son necesarias para el mantenimiento de una buena salud ocular; lubricación de ojo, limpieza o protección a agentes externos), pero también están asociadas a estímulos potentes de carácter emocional: tanto de tristeza, angustia, dolor o frustración, como de alegría o sorpresa.

Lo primero que probablemente hace un ser humano al nacer es llorar. Sin embargo, a lo largo de la vida la forma de manejar las lágrimas cambia.

Mientras que algunas personas lloran por cualquier cosa, otra casi no lo hacen.  ¿Por qué lloramos?

Según la psicoterapeuta alemana Johana Thünker, el llanto emocional tiene dos funciones: el manejo de los sentimientos y la comunicación con los demás.

Los sentimientos negativos fuertes necesitan una válvula de escape. Eso puede ser el llanto, pero también puede ser la solución del problema en concreto.  Sino se utiliza ninguna de estas dos válvulas, la acumulación de emociones puede provocar síntomas físicos como náuseas, dolores de estómago o dolores de cabeza.

Esto va cambiando con la edad. Los bebés utilizan el llanto para comunicarse con sus papás. Durante los dos primeros años de vida, los niños lloran en promedio entre 30 y 120 minutos al día.

A partir de los dos años el llanto empieza a instrumentalizarse y depende de la intención y circunstancias.

Investigadores han encontrado que a partir de los 13 años se empiezan a observar diferencias de género en el llanto: las mujeres lloran en promedio de 30 a 64 veces al año durante seis minutos, los hombres lo hacen de 6 a 17 veces al año, y solo de dos a cuatro minutos. Parece ser que tiene que ver con los cambios hormonales presentados a esta edad.

Lo que, sí es un hecho, es que la cultura tiene que ver mucho en la forma de llorar: en algunas se expresa en el ámbito privado, mientras que en otras es normal llorar a gritos, sollozar y quejarse en público cuando por ejemplo una persona muere.

Y por supuesto la personalidad juega un papel importante a la hora de llorar. Hay personas emocionales y personas a las que les resulta difícil manifestar sus sentimientos. Si la persona es extrovertida, su necesidad es más fuerte para expresar sus emociones y compartirlos con los demás, mientras que el introvertido se los guarda para sí mismo.

Dejemos un espacio y un tiempo para llorar, es relajante y también necesario para todos nosotros.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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