Niños desafiantes

En México, nueve millones de menores padecen algún tipo de problema de comportamiento hasta llegar a ser excesivamente hostiles y enojones.



Llamó mi atención y más bien me preocupé, cuando me enteré que aproximadamente nueve millones de menores en nuestro país padecen algún tipo de problema de comportamiento hasta llegar a ser excesivamente hostiles y enojones.

Mayor fue mi sorpresa al saber que estas conductas extremas están diagnosticadas hace muchos años con el nombre de Trastorno Desafiante Oposicionista (TDO) y que en los últimos años han llamado la atención de terapeutas infantiles por el incremento que están presentando.

¿En qué consiste el TDO o también llamado TND (Trastorno Negativista Desafiante)? Los niños al cumplir los dos o tres años suelen mostrar un comportamiento caracterizado por su terquedad, oposición a los padres y maestros, que suele ser más evidente en la adolescencia.

Esto es algo normal en niños de esta edad; sin embargo, cuando estos síntomas se hacen más frecuentes, repetitivos y se convierten en un comportamiento agresivo hacia los demás, influyendo en su vida escolar, social y académica, se convierten en un trastorno de la conducta.

Seguramente es común que escuches de tu hijo: ¿Y por qué te voy a hacer caso?, ¿por qué tengo que levantar mi cuarto?, ¡no lo voy a hacer! o dile a mi hermano que ¡él lo haga!; esto es normal; sin embargo, hay signos que expresan la existencia de un problema serio.

Para saber si tu hijo o hija lo presenta, te comparto los criterios de diagnóstico que establece el DSM-IV, los cuales deben manifestarse por lo menos seis meses, realizando cuatro o más de los siguientes comportamientos:

1. Se encoleriza e irrumpe en pataletas.
2. Discute con adultos.
3. Desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus demandas.
4. Molesta deliberadamente a otras personas.
5. Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento.
6. Es susceptible o fácilmente molestado por otros.
7. Se muestra colérico y resentido.
8. Se muestra rencoroso o vengativo.

Como papás, en primer lugar debemos de aceptar que nuestro hijo no sólo es un poco berrinchudo o consentido, sino que realmente tiene un problema que requiere atención inmediata.

Pensemos que si de pequeños son enojones y hostiles, ¿Qué les espera cuando sean mayores? Estos niños se convierten muy pronto en adolescentes y adultos que no pueden relacionarse con los demás, que fácilmente caen en alguna adicción principalmente el alcohol y las drogas; presentan embarazos prematuros, autoestima baja, tendencia a la depresión y una muy escasa tolerancia a la frustración.

¿Queremos que nuestros hijos se conviertan en este tipo de adultos?

Es momento de establecer límites, de educar con disciplina que, además, no se opone a educar con amor. No permitamos que trastornos como el TDO dominen la vida de nuestros hijos y de nuestra familia.

Te puede interesar: Cuidados paliativos infantiles

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@yoinfluyo

redaccion@yoinfluyo.com

 

*Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad del autor

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.