Es importante saber que los niños necesitan de nuestra atención como padres. Todos los niños necesitan encontrarse con sus padres a lo largo del día. En palabras de los especialistas: necesitan recargarse.
Empecemos por definir que es el aburrimiento. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como el “cansancio del ánimo originado por falta de estímulo o distracción, o por molestia reiterada”.
Es, por lo tanto, un estado emocional desagradable que se produce cuando deseas estar implicado en una actividad satisfactoria, pero no consigues hacerlo.
Los niños son incansables e inagotables, principalmente en vacaciones. Cambian de una actividad a otra con gran facilidad hasta que repiten una y otra vez: ¡estoy aburrido!
¿Por qué los niños de ahora se aburren tanto? Podemos afirmar que es consecuencia de una vida diaria con demasiado control sobre ellos. Horario para el colegio, actividades extraescolares, tareas, deportes, etc. Y como tienen poco tiempo para jugar, los papás les dicen cómo hacerlo.
No saben qué pedir, no se esfuerzan para aprender a crear e imaginar situaciones de juego. Están tan acostumbrados a los entretenimientos de pantalla, que no saben hacer otra cosa. Y claro, en cuanto se cansan, se aburren.
Es importante saber que los niños necesitan de nuestra atención como padres. Todos los niños necesitan encontrarse con sus padres a lo largo del día. En palabras de los especialistas: necesitan recargarse.
Es cierto que las actividades deportivas, musicales y sociales organizadas benefician el sano desarrollo del niño, pero los niños también necesitan tiempo para sí mismos. De este modo, podrán silenciar el bombardeo de estímulos del mundo exterior y podrán perseguir sus propios pensamientos y ocupaciones, descubrir sus propios intereses y conocerse a sí mismos.
¡El aburrimiento es algo bueno! Veamos algunos beneficios:
– Enriquece la experiencia personal: sentirse aburrido o indiferente algunas veces significa que hemos vivido momentos más estimulantes.
– Enseña independencia: los niños aprenden a no depender de estímulos externos para su felicidad, a arreglárselas por sí mismos.
– Es necesario para el desarrollo de la empatía: al estar constantemente entretenidos con ellos mismos, los sentimientos hacia los demás no se dan.
– Genera cambio: ya que le proporciona a la mente posibilidades para soñar, crear y experimentar.
– Ayuda a ser críticos: si únicamente piensan según lo que dicen los medios de comunicación y entretenimiento, no tendrán un criterio propio. El aburrimiento es un medio para descubrir sus propios pensamientos, ideas e intereses.
– Desarrolla cualidades como la curiosidad, perseverancia, confianza, ingenio, observación y concentración.
No le tengamos miedo a que nuestros hijos se aburran de vez en cuando, y recuerda que ellos necesitan momentos durante el día para estar con sus papás y recargar ese amor.
Me pareció ingeniosa la idea de crear un “Tarro del aburrimiento”, lleno de ideas escritas en trozos de papel. Cuando te diga que se aburre, tendrá que sacar tres papelitos del tarro y elegir una de las actividades.
Algunas ideas: poner música y bailar, bañar al perro, buscarles formas a las nubes, hacer un dibujo, escribirle una carta a la abuela, lavar el coche, empezar un diario, organizar su cuarto, escribir un cuento, recortar fotos de revistas y hacer un collage; crear un periódico familiar, leer un libro, hacer un postre. ¿Y cuántos más se te ocurren? Empieza tu Tarro del aburrimiento, y verás como tus hijos en lugar de quejarse, se van a divertir.
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