Los niños que reciben desde el primer momento la noticia de la adopción como un acto de amor y generosidad, lo manejarán y entenderán así toda su vida.
Poco a poco en nuestro país se está forjando una cultura positiva hacia la adopción. Hace unas décadas, hablar de adopción generaba muchos tabúes, que gracias a la apertura en los medios de comunicación y en la sociedad, además del trabajo realizado en los centros especializados, se ha logrado avanzar en el conocimiento del tema, eliminando miedos infundados que llevaban incluso a ocultar a los hijos su condición de adoptados.
Por adopción, se entiende el incluir en el seno de una familia a un menor o incapacitado que no sea consanguíneo, otorgándole los mismos derechos y obligaciones que tendría un hijo biológico. Por su parte, los padres adquieren también derechos y obligaciones con respecto a su hijo, así como la obligación de darle nombre y apellidos.
¿Qué hacer para fortalecer la cultura de la adopción?
Esto empieza con los padres de familia, quienes deben de prepararse e informarse, a fin de ser asesorados en aspectos médicos, culturales, legales y sociales.
Como ya mencionamos, hay rezagos en cuanto a algunos sectores de menores que difícilmente son adoptados. Tal es el caso de los niños mayores, ya que quienes quieren adoptar, se inclinan por lo general por un recién nacido, negándole incluso la adopción a niños de entre tres y cinco años. Ni qué decir de los niños mayores de seis años, quienes, al cumplir esta edad, son más propensos a vivir institucionalizados por la falta de conocimiento de los padres adoptivos que piensan que no podrán adaptarse a su estilo de vida o que no podrán sanar vivencias pasadas.
Otro grupo sería el de los discapacitados, quienes, desde nacidos, experimentan el rechazo de sus padres biológicos, así como de la sociedad.
Un sector también vulnerable son los grupos de hermanos, en tanto se prefiera separar que adoptar a más de un pequeño.
¿Qué debemos saber para no temerle a la adopción?
– Desde el punto de vista legal, se debe saber que hoy se cuenta con la seguridad necesaria para manejar abiertamente la adopción con la certeza de que no se les separará del menor.
– Desde el punto de vista personal, que las posibilidades de un sano desarrollo para el niño son las mismas que en las familias donde hay hijos biológicos.
– Que existen especialistas e instituciones dedicadas a la adopción, que pueden asesorar y guiar en casos de conflictos.
– Que el factor genético es importante, pero no determinante.
– Que la verdad es siempre lo mejor, la incapacidad para decir y aceptar la adopción, generalmente proviene de los padres y no de los niños.
– Los niños que reciben desde el primer momento la noticia de la adopción como un acto de amor y generosidad, lo manejarán y entenderán así toda su vida.
Quienes han optado por la adopción aseguran que es la experiencia más maravillosa que les ha sucedido, porque se han dado cuenta que así se les brinda a los pequeños la posibilidad de tener una familia.
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