La persona libre es quien elige lo mejor para su vida, haciendo a un lado las otras posibilidades. Al elegir a una pareja estamos dejando a otras muchas personas.
Es una realidad tanto en nuestro país como alrededor del mundo el que parejas jóvenes tomen la decisión de vivir juntos ya sea antes de casarse o sin la intención de casarse.
En México, en las últimas décadas se ha triplicado el número de parejas que deciden vivir en unión libre.
Hay quienes sostienen que la convivencia diaria hace que la pareja se conozca mejor, que prueben un tiempo para saber si son compatibles, que los papeles no son necesarios.
¿Crees que esto es recomendable?
Existen numerosos estudios serios de universidades y centros de investigación que hablan de lo contrario. Muestran indicios confiables de que las parejas que deciden convivir en unión libre como anticipación, o en reemplazo del matrimonio tienen una mayor probabilidad de separación que las parejas que decidieron casarse formalmente.
Veamos el porqué de esta afirmación.
La unión libre propicia la idea de tener libertad, sin compromisos, ataduras o responsabilidades. El matrimonio compromete, al menos moralmente con un papel firmado y una expectativa social respecto al mantenimiento de la relación, a formar una familia y consolidar un patrimonio dentro de un proyecto de vida juntos.
Los compromisos y la imagen de una pareja en unión libre son diferentes a los de los novios. Estos últimos tienen una relación transitoria y circunstancial, mientras que los primeros lo ven como una relación intermedia entre lo informal de los novios y el compromiso formal de los casados.
La unión libre es el camino más fácil, casi siempre para el hombre de proponer una relación en la que se disfruta de las comodidades de un matrimonio sin asumir sus responsabilidades.
Es el resultado de no estar seguros, al menos uno de los dos, de que la otra persona es con quien se quiere compartir el resto de la vida. Esto es un problema grave, ya que bajo esta inseguridad la relación puede romperse en cualquier momento: si no tengo la certeza de que el otro se va a empeñar en amarme y enfrentar las dificultades que vengan, ¿por qué lo hago yo?
Puede suceder que no se muestren tal y como son por miedo a que el otro advierta defectos que no le gustan y decida no seguir adelante. Ante los problemas, nada impide rendirse y terminar la relación. La simple convivencia sin entrega definitiva crea un clima de desconfianza y temporalidad.
Muchas veces las mujeres que aceptan la convivencia en unión libre, lo hacen por el temor de que su relación se acabe si no aceptan esta opción cómoda y egoísta.
Algunas tienen la necesidad de salir de su casa, de tener una pareja, calmar su soledad, o bien la simple tradición de estar con alguien; lo que las lleva a tomar una decisión equivocada. Estoy convencida de que en una unión libre quien se ve más afectada es la mujer.
Si la pareja realmente se ama, la unión libre no debería ser la forma de organizar su convivencia, que termina siendo más parecida a la convivencia de dos estudiantes que la de un matrimonio.
Constantemente escuchamos esta afirmación:
“El amor es lo importante, no los papeles”. A lo que el filósofo español Tomás Melendo responde: “El amor es lo importante, no hay que tenerle miedo a esta idea. No puede haber amor cabal sin mutua entrega, sin casarse. Los papeles y el reconocimiento social no son importantes, pero sí imprescindibles ya que demuestran que dos personas han decidido cambiar de estado y constituir una familia. No es serio ni honrado probar a las personas como si se tratara de caballos o coches. A las personas se les respeta, se las venera, se las ama”.
Una boda transforma a los novios en esposos, los hace distintos y capaces de amarse uno al otro.
Se ha comprobado que los divorcios son mucho más frecuentes entre quienes han convivido antes de contraer matrimonio. Entre los jóvenes, cuando empiezan a mantener relaciones sexuales, las actitudes cambian notablemente, empeoran: se tornan más posesivos, celosos e irritables.
Considero que la clave de este tema es entender a fondo que la libertad consiste en la capacidad de autoconstruirse. La persona libre es quien elige lo mejor para su vida, haciendo a un lado las otras posibilidades. Al elegir a una pareja estamos dejando a otras muchas personas.
Un consejo: elige lo mejor para tu vida. El amor no es un sentimiento ni tu eres una prueba para ver si funcionas. Espera a tener una relación sólida y comprometida antes de decidir vivir con alguien para toda tu vida.
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