Recuerda que la tecnología está a nuestro servicio y no al revés. Piensa realmente si te has convertido en prisionero de ella, y aunque no tengas rejas a tu alrededor, es como si vivieras dentro de una prisión sin salida.
Me pareció interesante el leer lo que un experto afirmó hace poco: ya no podemos hablar solo de dos mundos, el exterior y el interior, porque hay un tercer espacio que está comiendo a los otros dos: el mundo virtual.
Aunque el uso del internet no llega a las dos décadas, nos parece inconcebible que alguna vez funcionamos sin el correo electrónico, los mensajes, las redes sociales y Google.
Internet ha transformado en un tiempo récord nuestra vida, principalmente para bien, vivimos en un mundo más ágil, diverso e intercomunicado.
Sin embargo, no todo son ventajas en este llamado tercer espacio, ya que cada vez más hombres y mujeres se han convertido en prisioneros de la red. ¿Eres tú, uno de ellos?
La computadora ofrece muchas cosas, y no pide nada a cambio, no valora si estás teniendo un comportamiento correcto o no, por eso vemos a muchas personas sumergidas en un mundo virtual, que en cierto modo les compensa las insatisfacciones que tienen en el mundo real.
La línea entre un uso saludable de internet o redes sociales y la adicción estaría en lo que nos motiva a conectarnos. Cuando deja de ser un medio para obtener información y se convierte en una forma de huir de la realidad, perdemos el control de estas herramientas para pasar a ser prisioneros de ella.
En un reportaje sobre afecciones digitales, el periodista A. Torroella establece los siguientes síntomas que revelan adicción a las nuevas tecnologías:
– El ocio en el internet o redes sociales se prolonga por varias horas al día, prefiriendo estar conectado que salir con los amigos o estar con la familia.
– La persona siente la necesidad de conectarse constantemente y de forma compulsiva a las redes sociales, correo electrónico o WhatsApp.
– Es incapaz de salir a la calle sin el teléfono celular y se muestra ansiosa cuando no puede utilizarlo.
– Siente un deseo irrefrenable de adquirir los aparatos más novedosos, por alto que sea su precio.
Hay una serie de medidas de autocontrol que todos podemos aplicar para corregir la adicción:
– Establecer periodos para desconectarnos de la computadora o celular cuando estemos en casa o durante los fines de semana.
– A partir de una hora razonable, dejar un mensaje en el celular indicando que no se devuelven llamadas hasta el día siguiente.
– Fijar un horario limitado para leer y responder mensajes y correos electrónicos.
– No dormir con el celular.
– Los expertos sugieren una terapia de choque, que consiste en elegir un fin de semana y lograr estar por lo menos 24 horas seguidas sin tecnología.
Recuerda que la tecnología está a nuestro servicio y no al revés. Piensa realmente si te has convertido en prisionero de ella, y aunque no tengas rejas a tu alrededor, es como si vivieras dentro de una prisión sin salida.
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