¿Te has preguntado qué hace que algunas personas tengan la capacidad de superar las peores situaciones, mientras otras quedan atrapadas en las redes de la desdicha que se abatió sobre ellas?
¿Por qué algunos individuos son capaces de levantarse después de los huracanes de la vida, y otros se quedan derrumbados en el suelo, incapaces de seguir su camino?
El término “resiliencia” se conoce desde hace mucho tiempo en el ámbito de la psicología, y viene de ser la “característica mecánica que define la resistencia de los materiales a los impactos”, que aplicado a la persona, se trata del “conjunto de cualidades que favorece un proceso de adaptación creativa y de transformación, a pesar de los riesgos y de la adversidad”.
Puede manifestarse en diferentes aspectos:
– En situaciones en las que existe un riesgo importante, debido a una acumulación de factores de estrés y de tensiones. Como el caso de un hombre abandonado por su madre, golpeado casi hasta la muerte por su padre, que a los cinco años terminó en un orfanatorio y pasó de institución en institución aprendiendo lo que era la violencia y el odio. Pero este hombre era “resiliente”, y cuarenta años más tarde, es un empleado de confianza, está casado, es padre de familia y vive su vida plenamente.
– La resiliencia puede manifestarse también cuando la persona es capaz de conservar aptitudes en situaciones de riesgo y continuar un crecimiento armonioso. Aquí podemos mencionar el caso de Ana Frank que de niña sufre los estragos de una guerra y que supo continuar con su vida.
– Y finalmente, puede aparecer cuando se produce la cura de uno o de varios traumas, y como consecuencia un resultado feliz. El caso de una mujer que de niña sufrió maltrato físico y psicológico, y que ahora se dedica a recibir y atender a niños que padecen esta situación.
No quiero decir que sea fácil. Lograr salir airoso, desbaratar los golpes del destino es algo que exige aceptación y trabajo.
Es por esto, que quiero compartir el día de hoy cinco características de la resiliencia en la persona adulta, para que reflexiones cómo anda este tema en tu vida:
1. Comunicación: Representa la posibilidad de establecer vínculos e intercambios con los demás; por medio de ella, se puede dar y recibir aliento, y se pueden expresar los pensamientos más duros de sobrellevar.
Poder poner en palabras lo que se siente tiene un efecto curativo, y para muchos significa la posibilidad de permanecer en contacto con el mundo y con los otros.
2.Capacidad de asumir la responsabilidad de la propia vida: Significa aceptar lo que se está viviendo, tratar en la medida de lo posible tomar control sobre las circunstancias que permitirán vivirlas mejor.
Tomar la iniciativa, decidir modificar lo que se puede, hacer nacer el orden a partir del caos incluso en las pequeñas cosas simples, es la segunda característica de la resiliencia.
3. Tener una conciencia libre de culpabilidad: Cuando la prueba está allí y la desgracia golpea la puerta, a veces resulta difícil tener la conciencia libre y puedes ser vencido por la culpabilidad.
Se trata de aceptar las propias responsabilidades, de encontrar los errores, de repararlos si corresponde, y de ver en dónde se halla la responsabilidad personal. Pero no culpar a las víctimas o a ti mismo.
Investigaciones demuestran que la culpabilidad impide conservar la esperanza, que emplea inútilmente energía vital y disminuye la capacidad del organismo de defenderse de enfermedades.
4. Las convicciones: Quienes superan las dificultades de la vida son sostenidos por la convicción de que su sufrimiento no es inútil o absurdo. Viktor Frankl destacó que el ser humano puede soportar cualquier “cómo”, si sabe el “porqué”. La búsqueda de sentido es la primera fuerza de la vida.
5. La compasión: “Cuando ayudas a alguien a cruzar el río llevándolo en tu barco, tú también pasas a la otra orilla”.
La compasión permite involucrarse con el otro, considerarlo tan importante como uno; sufrir con los que sufren, es sumergirse en la condición humana para aliviar a los que padecen con todos los medios de los que disponemos.
¿Eres o no un hombre o una mujer resiliente? Si te faltan algunas de estas características para sobreponerte a algún trauma en tu vida, busca ayuda: grupos de apoyo, psicoterapia, terapias, apoyo espiritual.
No te quedes estancado, recuerda lo que nos dice Helen Keller: “Cuando una puerta se cierra a la felicidad, otra se abre. A menudo, miramos tanto la puerta cerrada, que no vemos la nueva puerta que se abrió para nosotros”.
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