Tanto en momentos de calma como en tiempos de crisis, hay oportunidades que se abren ante nosotros para dar un giro a nuestra vida. Resignarte a lo conocido y no atreverse a poner en marcha los sueños, limita tus posibilidades.
La vida de cada persona está llena de oportunidades que pasamos por alto. Nos sentimos tan agobiados por nuestras obligaciones y miedos, que nos aferramos a lo que tenemos sin contemplar otras alternativas. Incluso en tiempos de profundas crisis, las oportunidades aparecen a la espera de ser descubiertas.
Para poder verlas hay que pensar en clave de limitaciones para empezar a pensar en clave de posibilidades.
Si revisamos las biografías de los grandes inventores veremos que muchos de ellos no tuvieron una vida nada fácil. Tal vez fueron las mismas dificultades que padecieron lo que les hizo especialmente soñadores, empujados a imaginar una realidad mejor que la que habían conocido.
Uno de ellos es el de Graham Bell que en 1876 patentaría un aparato tan insólito como revolucionario: el teléfono. Su infancia estuvo marcada por la temprana sordera de su madre, para quien la familia inventó un lenguaje de signos. El interés por la comunicación hizo que Graham estudiara acústica y fuera un experto ventrílocuo, además de aprender a tocar solo el piano.
Sus dos hermanos ya habían muerto de tuberculosis cuando Bell se centró en la experimentación con la electricidad para transmitid el sonido.
Todos sabemos a donde llegaron estos esfuerzos, ya que utilizamos diariamente el teléfono. No obstante, fueron muchos los que dudaron de la utilidad del invento. Un ejecutivo de la Western Union lo calificó como un “aparato sin valor, con el que nadie desearía comunicarse, pues ¿quién querría hablar con alguien a quien no veía?”
Un gran visionario comentaba: “Todas las cosas nuevas en algún momento parecen imposibles ante los ojos de los incrédulos, pero los demás no pueden decir qué podemos o no podemos realizar, sólo nosotros somos capaces de marcar nuestros límites y metas”.
No hay ninguna cumbre que no pueda ser escalada por una persona que conozca el secreto para hacer realidad sus sueños. Este secreto son cuatro palabras con C: curiosidad, confianza, coraje y constancia. Cuando creas en algo, créelo sin dudar y sin cuestionarlo.
Pere Casaldáliga afirma: “Hay que dejar el pesimismo para tiempos mejores, y el optimismo para los peores”.
Nos dice Norman Vicent Peale: “No importa lo negras que parezcan o sean las cosas. Levanta la mirada y contempla las posibilidades. Siempre están ahí”.
Reflexiona hoy: ¿Qué tan agobiado estás en tus obligaciones y tu vida diaria que no tienes tiempo para ver las oportunidades que se presentan en tu vida?
O bien, cuando se te presentan, prefieres cerrar los ojos y dejarlas pasar, porque implican cambios, ¿retos y salir de zona de confort?
Te invito a dejar a un lado el conformismo, a soñar alto y a aprovechar todas aquellas oportunidades que se te presentan.
Recuerda ahora que termina un año: las oportunidades solo pasan una vez, sino las tomas… no vuelven, y tu vida, ¡sigue siendo la misma!
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