El dinero y las emociones

Las emociones, juegan un papel sumamente importante en nuestro desempeño monetario. Es claro que todos nos sentimos de cierta forma con el dinero. Algunos se sienten mal o bien, otros evocan en sí mismos una gran tranquilidad o calma, mientras que otros ven en el dinero solo problemas. 

El dinero es emocional. Las deudas causan preocupación. Las ganancias inesperadas son excitantes. Muchos se van de compras como una forma de terapia.

El manejo del dinero, ya sea nuestro o de un negocio, no es asunto de número y cálculos; es realmente un asunto de emociones, pues estas nos pueden ayudar a tomar mejores o peores decisiones que nos pueden hacer ganar o perder dinero. 

Según los expertos, las emociones que más frecuentemente están asociadas con el dinero en orden son: ansiedad, depresión, ira, impotencia, alegría, emoción, envidia, resentimiento.  

Hay varios arquetipos de hombres o mujeres:

  • Avaros: los que tienen miedo a quedarse sin dinero y tienen problemas para disfrutar de los beneficios que este les puede reportar.
  • Gastadores: los que desembolsan de una forma descontrolada, especialmente cuando se sienten mal de ánimo, y consiguen una mejoría a veces seguida de culpa.
  • Magnates: que ven el dinero como un camino hacia el poder y la aprobación, pensando que así serán felices. 
  • Cazadores de ofertas: se sienten superiores cuando llegan los descuentos, y se molestan de pagar el precio completo. 
  • Jugadores: sienten regocijo al asumir riesgos y les resulta difícil dejar de apostar incluso cuando pierden, porque la victoria trae consigo una sensación de poder. 

Aquí vemos reflejado varias emociones: miedo a perder o quedarte sin dinero; el exceso de confianza que trae como consecuencia no valorar los riesgos, o bien, a descuidar el valor real de lo que estamos haciendo con el dinero; el enojo reflejado en celos: si él puede gastar…yo también;  vanidad: tengo que tenerlo todo primero;  desidia: dejo mis finanzas para después; flojera: manejar mi dinero es demasiado complicado para mí, o bien el resentimiento consigo mismo o con los demás:  ¿por qué yo?, ¿por qué los demás tienen más dinero que yo?

Existen otras emociones que pueden influir en nuestra economía, algunas tienen que ver con elementos culturales o sociales; otras con nuestra personalidad, educación, actitud y percepción sobre lo que nos cuesta ganar el dinero. 

Lo importante es evaluar la forma en la que reaccionas ante ciertas situaciones que alteran tus emociones: ¿gastas de más?, ¿gastas de menos?, ¿te importa más el qué dirán?  ¿eres una persona resentida?     

En definitiva, las emociones influyen más de lo que pensamos en la forma en que nos relacionamos con el dinero.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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