El pensamiento puede ser beneficioso o nocivo, positivo o negativo, necesario o inútil, insípido o creativo, elevado o destructor.
De la misma forma que puedes sentir un cansancio físico, cuando tu cuerpo ya no responde porque está fatigado, existe el llamado cansancio mental, durante el cual a nuestra mente le cuesta trabajo reaccionar.
Cada persona genera unos 50,000 pensamientos al día, muchos de los cuales son repetitivos y mecánicos. Algunas veces nos sumergimos en una actividad mental estéril y agotadora; otras veces damos vueltas una y otra vez sobre cosas que no podemos cambiar. Son pensamientos que suelen referirse al pasado. No llevan a ninguna parte y agotan.
¿Qué significa esto? Gracias a nuestra poderosa mente pensamos, soñamos, ideamos, proyectamos, asociamos ideas, diseñamos, planeamos, generamos expectativas, imaginamos y recordamos.
El pensamiento puede ser beneficioso o nocivo, positivo o negativo, necesario o inútil, insípido o creativo, elevado o destructor. Muchos pensamientos son innecesarios, nos preocupan, y surge entonces el llamado cansancio mental que nos acompaña día tras día.
Y este tipo de fatiga nos provoca dispersión, pereza, falta de atención y de claridad; además disminuye nuestra capacidad para tomar decisiones. En cambio, cuando estamos inspirados la mente genera pensamientos creativos y resultan en energía y fuerza.
¿Te sucede esto con frecuencia? Algunas acciones que pueden ayudarte para reducir el cansancio mental:
– Cuando estés lleno de pensamientos innecesarios y debilitantes, mejor pregúntate a ti mismo: ¿Cuál es la intención por la que estoy pensando esto? ¿Vale o no la pena?
– Olvídate de las palabras hubiera o cuando suceda: Si hubiera yo sabido eso…cuando tenga el título seré más respetado…etc. El pasado ya pasó y el futuro aún tiene que venir, por lo que este tipo de juicios no ayudan, sólo debilitan y agotan.
– En lo posible, genera pensamientos positivos, creativos, inspiradores, beneficiosos. Pensar así no es negar la realidad, sino ser capaz de ver los problemas y tener la creatividad mental para aportar soluciones sin obsesionarse. Las reflexiones positivas fortalecen y revitalizan la mente.
– No te satures de actividades y compromisos. Cuando las cosas suceden una tras otra según los planes, estamos más tranquilos que cuando los imprevistos nos impiden cumplir con lo que planeamos.
– A veces el cansancio mental surge de las luchas internas entre lo que nos gustaría que fuera y lo que es, entre si decir o callar, si salir o quedarse, entre tomar decisiones y lo que en realidad hacemos.
Llevar a cabo estas acciones harán que tu mente se revitalice. Es como cuando se hace ejercicio físico. Caminar, correr, nadar o realizar un deporte energiza, y si acabamos cansados, se siente que es un cansancio sano. Por el contrario, si nos quedamos de pie sin movernos, terminamos más cansados.
A la mente le ocurre algo parecido: si está parada, dando vueltas a un mismo asunto, se agota más que cuando avanza con pensamientos inspiradores que abren nuevos horizontes. ¿Estás cansado mentalmente? Tienes que descansarla hoy.
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