Los avances tecnológicos nos han traído grandes ventajas, pero al mismo tiempo aspectos negativos, como es el ciberacoso en niños y sobre todo en los grupos sociales de jóvenes.
Según datos del Inegi, uno de cada cuatro adolescentes reporta haber sufrido ciberacoso, entendido como aquellas acciones por parte de una persona o grupo social para dañar o molestar a alguien a través de dispositivos digitales, tales como teléfonos, celulares, computadoras o tabletas.
El grupo más afectado oscila entre los 12 y 17 años, las mujeres por encima de los hombres. En cuanto a las formas de ciberacoso, cuatro de cada diez jóvenes reportaron haber recibido mensajes ofensivos; uno de cada cuatro mencionó haber sido contactado a través de identidades falsas, práctica mejor conocida como grooming, y uno de cada cuatro recibió insinuaciones o propuestas sexuales.
En su mayoría las víctimas reportaron que su agresor/a era una persona desconocida y únicamente el 1% lo denunció ante el Ministerio Público a o la policía.
Como padre o madre de familia te recomiendo las siguientes acciones:
- Conocer y hablar con tus hijos sobre los riesgos que existen en internet.
- Mantenerte involucrado en su mundo digital.
- Conocer con quienes se conectan.
- Utilizar controles de privacidad y seguridad.
- Bloquear y reportar a personas que los incomoden.
Puedes también consultar el micrositio alumbramx.org/protegelos, que ofrece una servir de recursos para combatir esta forma de violencia, la cual tiene consecuencias graves sino se actúa con prontitud.
El ciberacoso es una forma de violencia en internet contra los niños y adolescentes que causa: ausentismo escolar, abuso en consumo de sustancias nocivas para la salud, depresión y otros problemas psicológicos, desarrollo de baja autoestima, cambios en comportamiento, relaciones deterioradas con sus padres, e incluso llegar hasta el suicidio.
Padres de familia, maestros y sociedad debemos trabajar juntos para asegurar la protección de nuestros niños y adolescentes en beneficio de su integridad física y emocional.
Te puede interesar: ¿Vale la pena casarse?
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com
Facebook: Yo Influyo