Acumular objetos considerados valiosos, no necesariamente en el sentido económico, sino también afectivo, es una actividad humana normal, divertida y hasta lucrativa.
Pero cuando esta “afición” afecta negativamente tu economía o tu desenvolvimiento social, ¡cuidado!. Puede tratarse, más que de una obsesión, de un padecimiento psicológico.
Vamos a platicar de ambos casos:
Conducta “acumuladora normal”:
Aparece a cualquier edad, principalmente en la infancia (figuritas, álbumes), o en la adolescencia (fotos de cantantes o artistas). Los objetos suelen tener un valor y se suelen intercambiar.
Los objetos se almacenan en forma ordenada y/o jerárquica y no existe auto negligencia, aislamiento social, suciedad ni restos orgánicos.
Hay que tener en cuenta que no todo es coleccionismo, pues en la sociedad de consumo e hiperconsumo en la que vivimos actualmente hay tendencia a acumular objetos por su valor económico.
Otras personas guardan objetos, aunque no sean caros, por su rareza o valor afectivo. ¿Cuántas veces pasa que, al hacer limpieza, comprendemos que ya no tiene caso guardar cosas de hace cinco o diez años.
Existen muchos tipos de coleccionismo, pero hay temas u objetos que son más populares y que, por lo mismo, han creado un mercado propio para comprar, vender e intercambiar objetos de la colección.
He aquí algunos de ellos, que quizás conoces a alguien que lo practique, o tu mismo lo haces:
– Filatelia: coleccionismo de sellos
– Filolumenia: cajas de fósforos
– Nubismática: de monedas
– Notafilia: billetes de banco
– Deltiología: postales
– Autógrafos
– Cómics
– Muñecas
– Discos
– Libros
– Películas
Veamos ahora, cuando se trata de un “acumulador compulsivo”.
Parecen personas comunes, pero convierten sus casas en un cofre que guarda absurdos tesoros. Los especialistas en salud mental definen la acumulación como: “la adquisición e incapacidad para tirar y desprenderse de objetos y pertenencias que aparentemente son inútiles o de valor muy limitado”
La acumulación se presenta poco a poco, desde la normalidad hasta un extremo patológico en que el almacenamiento de objetos inútiles dificulta las actividades diarias o motiva problemas de salud pública.
En otras palabras, ser una acumulador compulsivo es una enfermedad en la que los pacientes acumulan residuos que se van produciendo en el domicilio, e incluso aquellos que encuentran en la calle y que suponen, pueden servirles para algo: botellas, tarjetas, utensilios, herramienta descompuesta.
Esta enfermedad también es llamada “Síndrome de acumulación”, las personas que la sufren no pueden justificar por que realizan esta actividad ni la razón por la que se abandonan a ese grado. En muchas ocasiones, ni siquiera son conscientes de que tienen un problema, son los familiares o vecinos quienes dan la alerta.
Es increíble todo lo que llegan a acumular: periódicos, revistas, cartas, cuentas y facturas, cajas y otros recipientes, ropa antigua, bolígrafos, bolsas de plástico, medicamentos, objetos de aseo, cintas de video…. la lista es tan grande como objetos hay a nuestro alrededor.
También pueden almacenar comida y materia orgánica, y hasta existen quienes acumulan animales.
Este síndrome se puede presentar tanto en adolescentes como en jóvenes y adultos, pero puede ser más frecuente en adultos en plenitud y se explica a través de patologías psiquiátricas.
El coleccionismo es un pasatiempo divertido que puede ser beneficioso para las personas, pues exige disciplina, constancia y perseverancia.
Es una actividad que podría llevarse de por vida, mientras no afecte tu economía o tu comportamiento cotidiano.
Otra cosa muy diferente es el “acumulador compulsivo”. Si conoces a alguien con este tipo de conducta, o tu eres quien la tiene, no dudes en buscar ayuda profesional de inmediato.
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Lucía Legorreta de Cervantes cervantes.lucia@gmail.com www.lucialegorreta.com
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