Revisar sus bolsillos, mirar su teléfono y su e-mail, preguntar constantemente a dónde fue y con quién estuvo, son sensaciones molestas e inquietantes, una necesidad imperiosa de saber y controlar que trae como consecuencia crisis en las parejas.
Sentirnos celosos es una experiencia que se basa en la sospecha (seguida de intranquilidad y reclamos) de que la persona amada cambie su cariño o amor y los ponga en otra persona.
Los celos están presentes en todos los seres humanos y remiten a nuestra niñez, específicamente al proceso de individuación, es decir, cuando nos reconocemos como seres autónomos, separados de los demás. Y esta es la clave: aceptar que “el otro” tiene una vida propia es un trámite complejo que puede durar toda la vida.
A la persona celosa le cuesta aceptar que el otro –mucho más el ser amado– es independiente y puede diversificar sus afectos en diferentes vínculos: hijos, padres, amigos e incluso ex parejas. El celoso quiere exclusividad, ser poseedor único del amor.
Por lo tanto, se constituye como una forma de dependencia que subestima las capacidades propias en pos de que el amor, la atención, las recompensas afectivas provengan siempre de otro, quien adquiere la figura del típico proveedor.
Una pareja embargada por los celos pierde la paridad, la equidad que debe existir para aceptar la autonomía, la historia previa de cada uno y los deseos de proyección hacia el futuro.
La desconfianza acompaña a los celos, empieza a interferir en la relación de la pareja, hasta que se da esa “pérdida total de la confianza en el otro” y el vínculo se rompe.
Los celos son normales, pero en exceso demuestran una gran inseguridad y definitivamente afectan a la relación de la pareja.
El problema no reside en el hecho de sentir celos, sino en su intensidad, en su frecuencia, en la manera de manifestarlos y en cómo éstos influyen en nuestra conducta.
Al principio de una relación se llegan a percibir con cierto grado de halago, pero dejan de ser normales cuando ¡te controlan a ti, a tu vida entera!
¿Cómo te das cuenta de que los celos se convierten en un problema? Si tu pareja hace lo siguiente o “tú” lo haces con tu pareja:
– Te coarta la libertad de usar cierto tipo de ropa.
– Te busca insistentemente cuando desapareces y cuando estás presente no te hace caso.
– Prefiere que en las reuniones te quedes callado-a y no hables con desconocidos.
– No quiere que veas o salgas con amigos del sexo opuesto.
– Te hace un dramón si llegas tarde a casa o a una cita con él-ella.
– Te llama constantemente al celular o te manda demasiados correos electrónicos.
– Se obsesiona con la posibilidad de que tienes a alguien más.
– Te desalienta cuando quieres hacer alguna actividad y siente su estabilidad emocional en riesgo.
– Te ha hecho perder posibilidades de trabajo, viajes, diversión o negocios con el supuesto de que “alguien quiere contigo”.
– Te hace sentir que sin ella-él tu vida no tiene sentido.
– Devalúa constantemente tu persona y tus acciones.
– Te vigila velada o abiertamente ante la posibilidad de que tengas una posible relación paralela.
¿Eres un hombre o una mujer celosa? ¿Se puede lograr ser menos celoso? Algunos consejos para lograrlo:
– Los celos cierran la percepción de uno mismo y de los demás. Valora todas tus capacidades y las de los demás. No te cierres a unos pocos datos que obtienes del otro.
– Piensa que todos los vínculos son diferentes.
– No utilices patrones o supuestos para valorar o categorizar a las personas. Esto limita, ten en cuenta que cada relación es un mundo a descubrir.
– Acércate al otro sin supuestos previos.
– Dale a tu pareja lo mejor de ti.
– Descarta pensamientos que te generen celos.
– Aprende a confiar más en ti mismo y a valorarte más.
– Quítate la idea de la cabeza de que el otro te pertenece.
– Una relación de pareja debe ser una “relación de crecimiento constante no de sufrimiento constante”.
– Aprende a convivir con tu pareja, no a rendir un informe de actividades para el otro.
– Evita caer en el chantaje emocional y obligar a que la persona amada termine haciendo algo que realmente no desea.
– Considerar a la pareja como un ser humano y no como una propiedad.
– Si se convierte en una conducta incontrolable llamada “celotipia”, acudir con un profesional para solicitar ayuda y corregirla.
Recuerda: “El celoso ama más; pero el que no lo es, ama mejor”.
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