Aprender a cualquier edad

La habilidad para adquirir conocimientos cambia a medida que cumplimos años. Tenemos un cerebro formado por cien billones de células para aprender, aprender y aprender.

Existe una creencia popular que promueve la idea de que a cierta edad ya es muy tarde para aprender ciertas cosas. Sin embargo, la ciencia ha descubierto que no es así. El cerebro humano goza de una cualidad que lo hace adaptarse y regenerarse ante lo nuevo.

Lo que nos hace ser quienes somos son nuestras experiencias vividas, que van modificando nuestra estructura cerebral y sucede gracias a una de las características más importantes del cerebro: su plasticidad.

¿Qué significa plasticidad? Es una cualidad del cerebro, más específicamente del sistema nervioso, por medio del cual se modifica a partir de la interacción con el entorno.

Al igual que el plástico, el cerebro puede adaptarse a prácticamente cualquier molde. Se va moldeando de manera constante, porque la actividad cerebral no se detiene ni siquiera en las horas de sueño.

Durante el día está formando nuevas conexiones a partir de la información que va recibiendo. Esto hace que podamos almacenar grandes cantidades de recuerdos que se refuerzan a lo largo del tiempo.   Por eso, si la experiencia no se repite, esa conexión se puede debilitar hasta borrarse.

Durante las horas de sueño el cerebro tampoco descansa. En ese momento se encarga de asentar la información relevante y eliminar la que no sirve. Por eso podemos despertarnos renovados en la mañana y acostarnos saturados por la noche. La capacidad de ver todo más claro a la mañana siguiente es parte de la plasticidad y la función cerebral.

Los primeros años de vida son claves en la absorción de información indispensable para nuestra sobrevivencia. Los expertos afirman que hasta los tres años hacemos las conexiones necesarias para sobrevivir en nuestra vida adulta. Esto no quiere decir que posteriormente no estemos capacitados para aprender.

En la etapa de la juventud y en la madurez seguimos experimentando acontecimientos que cambian nuestra vida.

La capacidad de aprender no puede perderse solo porque nuestra edad aumente. Siempre puedes aprender algo nuevo, o profundizar en lo que ya sabes.

Si, además, nos mantenemos activos, buscando intencionalmente y con perseverancia vivir nuevas experiencias, nuestro cerebro seguirá aprendiendo y modificándose.

Pregúntate muy sinceramente: ¿estás aprovechando esta maravillosa capacidad que tiene tu cerebro para aprender cada día, sin importar tu edad?  Si tu respuesta es no, hoy puedes empezar.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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