El abuso emocional implica humillaciones, devaluaciones, tristeza e inadecuación; miedo a ser uno mismo, depresión e incapacidad de decidir.
La etapa del noviazgo suele ser bonita, las parejas conservan buenos recuerdos.
Además, la pareja no está enfrentando todos los compromisos económicos y responsabilidades que surgen cuando ya viven juntos. Sólo están disfrutando y compartiendo, lo que provoca una sensación de alegría y esperanza porque han logrado conectar con la persona indicada.
Sin embargo, se pueden vislumbrar algunos de los conflictos potenciales que vivirá la pareja cuando ambos entren en una etapa diferente.
Vamos a platicar sobre qué es normal y qué no.
Es normal que durante los primeros meses o años, las parejas peleen por los acomodos que cada uno debe hacer en su propia vida para darle un lugar a la nueva relación.
Es muy probable que los pleitos sean por celos. Otras veces, pelean por la vida social y cómo conjugar ahora la convivencia con los amigos previos de ambos. La familia de cada uno puede interferir, afectando el funcionamiento de la relación.
Pero al avanzar la relación, los conflictos que enfrentarán se refieren específicamente a la forma de ser de cada uno. Los matrimonios pueden discutir por:
– Celos.
– Acomodos o ajustes con su vida social o familiar.
– Forma de ser.
Lo que no es normal, es que la relación se torne violenta y existan agresiones verbales o físicas.
No debemos confundir peleas con abuso emocional. Cuando las parejas no saben cómo resolver sus diferencias, pueden tomar un camino muy desafortunado: el abuso emocional.
Alguno de los dos toma el papel de victimario y trata de ejercer control en la víctima a través de hacerla sentir inferior, generando sentimientos de culpa, inseguridad y miedo.
El victimario toma acciones o dice cosas que provocan humillación y sentimientos de devaluación en la víctima. Todo con la finalidad de salirse con la suya.
¿Cómo identificar si es abuso emocional?
– Si te insulta cuando están enojados.
– Si no puedes expresar lo que piensas o sientes por temor a que se enoje.
– Sientes miedo de su reacción cuando se enoja contigo.
– Después de un pleito, terminas siendo culpable de todo.
Estos son indicadores de abuso emocional y es importante que pidas ayuda para poder manejar la relación.
¿Cuáles son las consecuencias de este tipo de abuso?
– Sentimientos de devaluación.
– Tristeza, confusión.
– Miedo al rechazo y al abandono.
– Depresión.
– Parálisis emocional que impide tomar decisiones.
Puede incluso desarrollarse el llamado “síndrome de Estocolmo” de la violencia emocional, lo cual significa que comienzan a tener una lealtad con el agresor como una forma de sobrevivir a los ataques.
Analiza tu relación y asegúrate que no exista abuso emocional. Si existe, ubica en qué nivel te encuentras y probablemente necesitas ayuda de un profesional que te oriente.
– Para empezar, no debes acostumbrarte. El abuso emocional nunca va a desaparecer, por el contrario.
– Romper con la creencia de que la víctima puede controlar el enojo de su pareja siendo complaciente.
– No comprar el boleto de que la víctima es mala persona y que sólo el agresor la conoce.
– No comparar tu relación.
– Confiar en que tu bienestar no depende del agresor.
El abuso emocional no es normal y tampoco justificable. Siempre tendrás derecho a equivocarte y a que tus errores no sean tratados con gravedad.
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