¿Ya tocamos fondo?

Ayer esta ñora se echó una muy larga platicada por teléfono con su prima. Menos mal que ya no cobran por minuto las llamadas porque hubiera salido como lumbre. Y justo relacionado con el chisme que la ñora echó, está la frase anterior porque la “bondad” de los cambios no los notamos y que no se vendieron bien. Desde hace ya más de una década, cambiaron las leyes de telecomunicaciones y eso debería haber provocado que los precios bajaran; pero claro, lo que hicieron fue ampliar los beneficios, por lo que pasaron desapercibidos y nadie lo notó, y se acostumbraron. O sea, lo bueno es cómodo y si no te lo señalan constantemente que te lo dieron nomás te acostumbras a lo bueno. Lo malo siempre va a incomodar, nuestro cerebro lo nota, lo ubica, lo combate y también lo tolera. 

Justo eso viene al caso porque ayer esta ñora con la prima se preguntaba si ya habíamos tocado fondo en la violencia y en el desorden en este país, en específico si lo del rancho de Teuchitlán marcaría un cambio en la percepción de la gente y rechazaría a Morena. La prima que andaba optimista quería creer que sí. Esta ñora no lo cree, que el camino para que la gente rechace a este gobierno será muy largo porque la habilidad propagandística de Morena se basa precisamente en cantar constantemente lo “bueno” y hacerlo tangible. Sí, dos o tres mil pesos en la cuenta son tangibles, los tocan, los usan y les hacen saber de dónde vienen (bueno no le avisan que vienen de los impuestos, claro, omiten que son los mediadores). Y eso, para muchos, resulta suficiente para perdonar que Morena sea incluso mucho peor que el PRI en corrupción. Esta ñora está convencida de que a estas alturas no hay un mexicano que crea que estos nuevos son más honestos ni siquiera más eficientes; pero le dan algo a cambio.

En la conversación, la ñora y su prima llegaron justo a la conclusión que todo lo bueno que entre 2000 y 2018 sí pasó de bueno ya se da por descontado, ya no se ve, ya no se recuerda. Si una familia tuvo gracias a los programas que había piso de cemento en lugar de tierra ya no se acuerda, si hoy tenemos más servicios por el mismo pago de teléfono ya no se acuerda, etc. En cambio, lo que era malo ya desde entonces como la inseguridad sí se recuerda desde entonces, aunque haya incrementado exponencialmente en estos últimos seis años y haya más muertos y más desaparecidos eso se ve como un continuum de lo malo (que se compensa con lo tangible que además me restriegan de donde viene). Lograr ese continuum empezó desde antes, porque tanto López como toda su camarilla se la pasaban señalando lo malo y jamás alabaron lo bueno; sí la ñora se da cuenta que ningún político opositor va a alabar lo bueno. Pero tampoco lo hacían los gobiernos, los gobiernos “neoliberales” no supieron vender todo el bien que hubo. 

Esta ñora se va a ver un poco optimista y un tanto ingenua, pero esos gobiernos quizá no vieron la necesidad de machacar constantemente lo bueno porque era parte de cumplir con su deber, y también, porque confiaron en que la gente notaría la diferencia y la apreciaría. A todo pasado, es fácil para esta ñora y para muchos ver que eso fue un error, porque acostumbrarse a lo bueno es fácil. 

Por todo eso, es que esta ñora ve muy lejos el tocar el fondo incluso con la violencia desatada en tantos lugares, con la crisis innegable del sector salud y con la ya inocultable crisis económica que se avizora. Porque además, no hay forma alguna de que PRI, PAN, MC o similares se quiten las manchas que Morena les ha creado (verdaderas y falsas), no habrá modo de se les crea de nuevo. En los próximos años, mucha gente sí votará por Morena por coacción o por agradecimiento, pero todos lo que no sientan ni lo uno ni lo otro muy pero muy difícilmente votarán de nuevo por los otros partidos, y por supuesto los índices de abstención romperán todos los récords. Y no se ve en lo inmediato que vaya a surgir un liderazgo nuevo.

Esta ñora hubiera preferido estar con la prima frente a una botella de alcohol y tomársela hasta el fondo y nomás por teléfono, porque estas conclusiones están muy feas. Y serán todavía peores cuando ya no haya ni asomo de duda de que las complicidades entre muchos políticos de Morena con el crimen organizado son tan entretejidas (y como pinta en Teuchitlán con tintes hasta diabólicos) y aun así lo tangible de las becas y pensiones tenga más peso. Quizá sólo una crisis económica devastadora que seque por completo esa fuente de “bondad” nos salve y ese escenario tampoco es deseable, pero quizá sólo así tocaremos fondo.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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