Esta ñora está asombrada con la cantidad de milagros de Navidad que ha tenido la fortuna de presenciar en los últimos días. Uno de ellos fue la conversión de esos pastelillos comerciales que Gatell se empeñó en mostrar como “comida chatarra” y que al subirse al menú del Tren Maya son algo así como delicias de la cocina del sureste. Es que como casi todo el mundo ya se enteró durante el viaje inaugural se difundió el menú que ofrece el medio de sacar lana con contratos oscuros, perdón, ese medio de transporte turístico y fantástico, y resulta que los pastelitos Marinela tienen un lugar de honor entre los postres. Y ni hablar que los paninis y baguettes también se convirtieron en “dignos” sustitutos de los papadzules y los panuchos que uno hubiera esperado encontrar.
El segundo milagro que esta ñora vio, mejor dicho, esta ñora no vio, pero escuchó al doy-más-rápido-el-pésame-a-la-familia-del-Chapo-que-a-cual-familiar-de-víctimas-del-crimen explicar que desde las alturas del helicóptero se ve que Acapulco tendrá una magnífica Navidad, casi la mejor que han tenido porque en muchas casas ya se ven los foquitos de las series (muchos dicen que se pueden ver los foquitos porque las casas siguen sin techo). Esta ñora no tiene ninguna razón para no creer que el milagro de recuperación en tres meses, sin plan de reactivación económica integral y nada más con entregas de efectivo para limpieza y recuperación de hogares junto con un manual de autoconstrucción (esto último la ñora quisiera haberlo inventado, pero es cierto). Así que si alguien no cree que los milagros seguirán, que se espere a marzo cuando el puerto estará mejor que cuando que las grandes estrellas de Hollywood venían por acá a casarse y toda la cosa.
Esta ñora quisiera escribir que el tercer milagro navideño la tiene más sorprendida incluso que los anteriores, pero lo cierto es que Morena siempre ha tenido ese efecto purificador y nuevamente se manifestó el poder “sanador”, pues recibieron con los brazos abiertos a un grupo selecto de priistas que antes eran tachados como lo peor de lo peor. Es que en esta semana Adrián Revolcaba, perdón Adrián Ruvalcaba; Eruviel Dádiva, perdón Eruviel Dávila y otros priistas se unieron a la campaña de la Clau. Y en la mañanera se confirmó que ya habían rectificado su camino y eran más puros que el agua de las montañas que se filtra hasta los manantiales.
Así que pobres de los anteriores priistas, o sea, los que llegaron antes a Morena y se dedicaban a criticar a los nuevos priistas-morenistas porque en redes les están sacando todos esos posts del pasado, pero seguro la paz que desprende el cualquier-joven-que-muera-en-una-matanza-es-un-vil-drogadicto-que-anda-en-malos-pasos pronto los alcanzará y abrazarán con sinceridad a los buscadores de hueso… Ojalá que acaben como el perro de las dos tortas (bueno, ojalá que sí).
Estos milagros navideños están muy lejos de ser los que esta ñora espera para los mexicanos, pero tiene fe (y además reza, que a Dios rogando y con el mazo dando) que el siguiente año en verdad nos unamos todos los que queremos que México vuelva a ser un país de instituciones (¡hacerlas mejores y más fuertes!), que ofrezca certeza jurídica (¡a ver si ya todos nos creemos que la ley sí es la ley!!), donde se combata la criminalidad (¡con policías bien entrenados y no con militares!) y que permita el crecimiento y desarrollo máximo de sus jóvenes y menores. Esta ñora los invita a todos a hacer lo que esté en su mano para lograr que ese gran milagro sea posible participando de todas las formas posibles en lo que viene en los próximos meses para que la democracia sea el camino para lograr ese país que merecemos.
Además, esta ñora les desea que pasen una Navidad llena de amor, paz y felicidad con sus escuincles, perdón, con sus bendiciones, sus respectivos ñores y ñoras y con toda su familia.
PS. Como ha sido costumbre, esta ñora descansará la última semana del año y regresará a esta columna la primera semana de 2024.
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