Películas en la cuarentena

Muchas famosas películas mexicanas increíblemente retratan situaciones y personajes de la actual clase política de nuestro país.


Cine o realidad


Esta ñora se tuvo que tomar un descanso de oír el radio, ver la tele o leer noticias, y por supuesto, salirse de las redes porque la tensión estaba a punto de volverla más loca de lo común y en un espacio tan reducido, pues el ñor y los escuincles, perdón, las bendiciones estaban en riesgo.

Así que esta ñora se refugió en las películas mexicanas famosas para relajarse un rato. Así se dio cuenta que las ganas de que el tengan-para-que-aprendan-que-soy-soberbio-pero-terco-también tenga lo más pronto su residencia “Allá en el rancho grande” y no regrese nunca más crecen abrumadoramente. Es evidente, como ya se ha dicho, que quería ganar las elecciones no quería gobernar.

Sus excesos, sus desplantes, sus montajes, sus chistines son propios de la Risa en vacaciones, porque es capaz de pedir que se gaste para montar un templete y seguir hablando a menos de una docena de personas sentadas en sillas espaciadas con más miembros de la prensa atestiguando el “momento”. Todo para enmarcar la reinauguración, sí, “re” de un hospital que la ñora nada más espera que sí tenga los equipos y lo necesario para operar.

Pero claro que la saga favorita en estos tiempos del soy-un-cobarde-e-incapaz-de-declarar-la-emergencia-sanitaria-porque-sería-verme-como-presidente por supuesto que es Nosotros los pobres y Ustedes los ricos, aunque para como van las cosas la segunda se va a reducir a Bartlett, la maestra Elba Esther, los dueños de cierta chocolatera y cierto Salinas que sí tiene cabellera.

Queda claro que las obsesiones por el pasado son tales que es incapaz de entender que aún el malvado Fobaproa, que se podría haber hecho de mil modos distintos, tuvo un efecto en la gente común, en esa que él ama que lo abrace y se tome fotos con él, esas que son Una familia de tantas, que tenían una fonda en la que tanto le encanta comer o cuyo hijo estaba empezando una Pyme. No será el coronavirus el que está barriendo con todo, es que ya se habían aflojado prácticamente todos los tornillos del andamiaje de la economía y las instituciones.

El gabinete cada día más parece una Escuela de vagabundos, donde andan erráticos y son incapaces de actuar a la altura de su encargo, de su responsabilidad consigo mismos, prefieren seguir bajando la cabeza. Cada día salen filtraciones más graves de cómo se han dejado de tomar acciones y se ha bajado la cabeza. El carnal Marcelo, de pronto, parece El rey del barrio aunque a esta ñora todavía no le queda claro si les habla a los mexicanos o le echa ojitos a los de fuera como el agente naranja, la OMS, al G-20, al FMI…

Esta ñora desea que este periodo de Amores perros, tan difícil para el país y cada familia, termine como El Atlético de San Pancho, sí esa entrañable película donde a pesar de que estemos fregados, de verdad, sea el espíritu de entrega, la solidaridad y la perseverancia los que venzan. Y el desastre que todavía no sabemos las dimensiones que tendrá nos permita reconstruir con mejores bases, porque por lo pronto Hasta el viento tiene miedo.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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