Esta ñora no es totalmente fan de los programas de acumuladores extremos, o sea, en inglés Hoarders, porque esta ñora sí anda mascando el idioma de Shakespeare. Pero volviendo al asunto, a esta ñora como a muchos siempre le asombra cómo se puede llegar a ese nivel de acumulamiento en que incluso las tareas más básicas se ven impedidas. Claro, no es algo que ocurra de la noche a la mañana y está asociado a otras enfermedades mentales que hacen acumular sea una especie de defensa. Esta ñora no es psicóloga, pero tiene la impresión de que los mexicanos actuales están padeciendo un fenómeno bastante parecido con la acumulación de graves problemas.
Una de las muestras de ese padecimiento está en que por años se prefiere no hablar de las miles de fosas clandestinas que hay en el país, y esta ñora no exagera con miles porque en abril de 2023 la misma Secretaría de Gobernación reconoció que había 2,863 y la información no trascendió. Ahora esta ñora, con el mismo horror de tantos otros mexicanos, contempla las salvajadas que se están descubriendo en un solo rancho en Jalisco con la ominosa foto de 200 pares de zapatos, que es imposible no asociar con los campos nazis, como todos han comentado. Pero a eso hay que sumar que el lugar fue usado para abusos que son tan angustiantes, que esta ñora teme que se quedarán como las pilas de ropa acumulada en un pasillo por alguna abuela gringa.
Junto a estas pilas de ropa, esta ñora piensa que podemos poner las listas de desaparecidos que es donde el gobierno está poniendo a los posibles asesinados para bajar las cifras de homicidios y tratar de vender la idea de éxito. Claro, esta ñora sabe que habrá muchos que no se traguen esas cifras, pero muchos otros como la abuelita gringa preferirá creerlo. Y junto a esos dos montones, esta ñora ve cómo empezamos a acumular situaciones extremas como la de Culiacán donde ya dejamos de oír de los niveles de violencia, que esta ñora no sabe si es porque ya bajaron o nomás ya dejaron de ser novedad. Lo que sí ha leído esta ñora, y ese daño podría tardar décadas en recuperarse es la economía local; pero no importa se puede empezar un nuevo montón que tenga las delantales de los dueños de restaurantes junto a las camisas o playeras de sus meseros; también las chamaras con el nombre de las muchas empresas que han trasladado sus operaciones a otra parte o de plano han cerrado, también se pueden poner las herramientas de los muchos talleres de coches, de plomería, de sastres y demás que han cerrado.
Esta ñora piensa que también se podría empezar a rellenar otro pasillo con cosas similares en Acapulco, se pueden poner las escrituras de los cientos de departamentos que no hay modo de recuperar porque los dueños siguen sin ponerse de acuerdo o porque no tienen lana. También podrían ponerse las cofias y los uniformes de las camaretas de los hoteles pequeños que no logran recuperarse y ni hablar de los cuchillos y demás instrumentos de los vendedores de cocos o de raspados, y las cajas de exhibición de las cientos de vendedoras de alhajitas, etc. Y así en cada lugar en que algún fenómeno natural ha ocurrido en los últimos años, porque nomás acumulamos para no ver que no se recuperan porque no hay ni voluntad ni planes para hacerlo.
Lo que esta ñora no sabe cómo se verá así amontonado son las oportunidades perdidas de millones de niños mexicanos que desde hace cinco años, primero con el desorden de la pandemia y luego con la Nueva Escuela Mexicana, no han tenido un sistema educativo coherente y que atienda a la formación de sus habilidades y les dé conocimientos para enfrentar el mundo actual. En este montón no sólo van las oportunidades de los pequeños sino de país que en muy pocos años tendrá el triple de problemas para encontrar gente capacitada para los puestos técnicos en fábricas y en los puestos de servicio básico…
En fin, que el panorama en la casa México pinta muy desolador, y esta ñora espera que reaccionemos y no sigamos de acumuladores; pero siempre sin perder la esperanza porque incluso, las casas más espantosas de Hoaders, al final con trabajo y decisión se pueden volver a ordenar, aunque sería mucho mejor evitar esos extremos.
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