El acepté-lo-de-Telsa-porque-Elon-me-amenzó-con-cerrarme-mi-cuenta-de-Twitter difundió el fin de semana pasada una imagen dizque de un alux que habían visto rondando la devastación, perdón, la construcción del Tren Maya. Resultó que era una imagen que ni habían tomado ahí, y que por supuesto es poco probable que fuera de una verdadera creatura misteriosa. El asunto llegó a todo el mundo, al igual que las manifestaciones a favor del INE. Por supuesto, lo del alux dio para burlas incluso en programas de Estados Unidos.
Independientemente de que esta ñora disfrutó mucho que todo el mundo hiciera esas burlas, esta ñora ha notado que los aluxes no son las únicas criaturas mágicas de todo tipo que deambulan en México desde que empezó este sexenio.
Es más, el hice-un-decreto-que-nacionaliza-el-litio-que-ya-estaba-nacionalizado-desde-antes a veces se comporta como una banshee. Sí, como una de esas criaturas de la mitología irlandesa que se aparecían para anunciar a gritos la muerte de alguien de una familia. Son criaturas que se alimentan del dolor, así como el traigo-ganas-de-hacer-tepache-con-la-Piña-que-no-me-cumple-caprichos-como-Zaldívar se alimenta de la división entre los mexicanos.
A esta ñora no se le escapa que Ricardo Monreal se comportó como todo un chupacabras con la transparencia con lo que acaba de pasar con el IFAI. El IFAI es el instituto que se creó para garantizar que se sepa todo lo que hace el gobierno y en qué se gasta. Ha ido cambiando sus alcances desde que sirvió para conocer el costo de las toallas de Fox. Pues ese instituto funciona a través de un consejo y faltaba sustituir a dos y si no se nombraban nuevos, el IFAI ya no podía operar. Pues el Monreal le chupó la vida al instituto, pues logró que esos dos cargos fueran ocupados por dos incondicionales suyos.
Una de las nombradas por lo menos sí está preparada para el puesto, Ana Yadira Alarcón de hecho fue una de las que salió mejor evaluadas por el comité que da su opinión a los senadores. En cambio, para el otro, Rafael Luna Alviso, fue de los peor evaluados porque ni sabe nada del tema, en 2016 tuvo una sanción por ¡ocultar información! cuando trabajaba en la alcaldía Cuauhtémoc con Monreal y dicen que tiene problemas de alcoholismo.
Por supuesto, que la fascinación por las criaturas mitológicas o por convertirse en una de ellas, no sólo le da a los de Morena. Esta ñora se ha dado cuenta que entre muchos ciudadanos también hay muchos que viven esperanzados con algo el regreso de Quetzalcóatl. Sí es que esperan que aparezca de las filas de los partidos de oposición o quizá que llegue de Aztlán un candidato o candidata que sea capaz de encarnar la belleza, la paz, la verdad y la perfección, que no tenga ningún defecto que venga a vencer de manera contundente a quien sea el candidato o candidata de Morena, pero sobre todo que restaure el antiguo esplendor… esta ñora no se atreva definir si es el antiguo esplendor mexica, virreinal y más contemporáneo.
Esta fantasía es igualmente peligrosa primero porque seguir con la mentalidad de que necesitamos un salvador que haga toda la chamba y que nos podamos desentender de contribuir con la mejora del país y sus instituciones es no haber madurado como país. Es por lo finalmente ganó (y defraudó) el hice-una-ceremonia-para-recibir-un-avión-de-carga-que-había-llegado-el-día-anterior-al-AIFA-pero-los-siguientes-aviones-llegarán-hasta-mayo porque muchos esperaban en el fondo volver a las épocas del papá-gobierno que resolvía todo.
Además, para esta ñora es obvio que ese candidato magnífico e impoluto no existe por lo que empezar a buscarle defectos a quienes pueden lanzarse pues sólo abonará a descalificarlo y es hacerle el caldo gordo a Morena. Es muy probable que acabemos teniendo que votar por alguien que nos convenza del todo, que sea el mal menor pero que nos dé chance de evitar seguir en las arenas movedizas a las que nos llevó la fe en un tlatoani.
Esta ñora espera que muy pronto este país supere tantas fantasías y aterrice en la realidad de que sólo saldremos adelante trabajando, respetando la ley y participando en la vida democrática.
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