El final de este sexenio comenzará cuando los hombres y mujeres cabales aprendamos la lección de que no ser ciudadanos participativos es mala idea.
Esta ñora todavía no se logra quitar de la cabeza desde el 15 de septiembre aquello de “Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, porque cantando se alegran, Cielito lindo, los corazones”. Es que esta ñora, desde que gobierna el tengo-ya-dispuesto-en-mi-testamento-que-sólo-le-pongan-mi-nombre-a-un-basurero, le cuesta trabajito encontrar ánimos en ser mexicana y se pone a cantar por no llorar.
La ñora tiene presente que no es la única que canta. Pues apenas iniciando la semana el invito-a-un-dictador-a-los-festejos-de-la-Independencia-porque-me-valen-gorro-los-mexicanos abrió el festejo de septiembre cantado “El Rey” con aquello de “con dinero y sin dinero/hago siempre lo que quiero”. Le salió del alma al enterarse que la Corte determinó que debe regresar 338.9 millones de pesos de su lana (porque así la ve, como su lana, no que es de los impuestos de los mexicanos), a los herederos de Carmela Azcárraga porque se determinó que pagó impuestos de más.
Así que es altamente probable que se siga con aquello de “y mi palabra es la ley” e ignore la devolución intentando alguna triquiñuela argumentando que ahora sí va a comprar medicinas y equipo médico como viene prometiendo desde la no-rifa del no-avión que acabó sin entregar los famosos premios y la rifa de este año pinta igual de desastrosa, la verdad.
Quizá los ganadores del año pasado le canten el “Son de la negra” que dice “a todos diles que sí, pero no les digas cuando, así me dijiste a mí, por eso vivo penando”. La verdad que ese son, piensa la ñora, es muy popular en todo el país, especialmente entre los damnificados porque según el estoy-tan-mareado-que-creo-que-Sembrando-vida-es-la-solución-para-Centroamérica ya les mandó ayuda, nomás no les dijo cuándo les llegaría.
La ñora también supo que Olguita desde que dejó Gobernación anda por ahí a voz en cuello con aquello de “No te asombres si te digo lo que fuiste/ un ingrato con mi pobre corazón/ porque el fuego de tus lindos ojos negros/ alumbraron el camino de otro amor”, totalmente dedicada al me-preocupa-más-no-incomodar-a-Juárez-que-está-muerto-que-atender-a-los-damnificados y seguramente ya le pintó bigotes y cuernos a la foto de su sustituto en Gobernación. La ñora no sabe Julio Scherer se le unió en el desahogo cancionero ahora que ambos, enfrentados antes, pero al final desplazados por el mismo.
No se crean que son los únicos con el ánimo despechado. El antiguo rockstar de la pandemia anda con “La canción mixteca” según le han dicho a la ñora. La verdad es que sí le va muy bien que cada que recuerde sus antiguas glorias entone eso de “al verme tan solo y triste cual hoja al viento, quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento”. Aunque la ñora duda un poco de esta versión porque sería muy raro que quien ha despreciado la vida de los mexicanos con un desdén sólo equiparado por el a-lo-mejor-voy-a-la-ONU-para-recordarles-que-Mussolini-se-llamaba-así-por-Benito-Juárez.
Las canciones mexicanas también sirven para otros fines. Resulta que esta ñora se enteró de que algunos andan organizando un coro para presentar los resultados de la famosa y mexicanísima Pemex de una forma muy novedosa y más alegre que los aburridos informes financieros y eso. Uniendo sus voces la Chío de Energía y el Octavio de Pemex, practican una versión que va más o menos así: “La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene ni un fierrito en su lugar; la cucaracha la cucaracha, ya no puede redituar, porque le falta, porque no tiene modo alguno pa´avanzar”.
Por su parte, el nuevo fichaje para irse a la embajada de España ya empezó su preparación para su nuevo trabajo. No le dieron más detalles, pero cree que el exgobernador de Sinaloa que le facilitó el trabajo al narco para que Morena ganara las elecciones llegará cantando a la madre patria aquella de su mera patria chica: “Por Dios, qué borracho vengo/ que me siga la tambora/ que me toquen El Quelite/ después El Niño Perdido/ y, por último, El Torito, pa’ que vean como me pinto”. Seguro con eso los españoles extenderán felices cual perdices la aprobación para el nuevo y prístino representante de lo mejor de México, ¿no?
Esta ñora se despide tratando de ser más optimista, después de todo su canción mexicana favorita es “México, si muero lejos de ti”, y lo es más ahora sobre todo por la esperanza que le dan estos dos versos: “y que me cubra esta tierra/que es cuna de hombre cabales”. Porque esta ñora espera que estos seis años que se siente como si fueran una larguísima noche y que sólo estamos esperando que el desastre de estos seis años termine, pero en realidad el final comenzará cuando los hombres y mujeres cabales aprendamos la lección de que no ser ciudadanos participativos es mala idea.
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