Y no se te olvide agradecerme

El poder legislativo a favorecido crear estructuras de control que se parecen a cómo algunas ñoras cuidan de su familia.


nora poderes


Nuestro estoy-contando-los-días-para-tomar-posesión-del-cargo-que-ya-ejerzo tiene un alto parecido con ciertas ñoras que yo conozco. Con todo dolor de mi corazón solidario, debo reconocer que hay algunas ñoras que están sobre sus hijos y marido peor que equipos SWAT tratando de atrapar a un criminal. Ellas dicen que no hay nadie mejor para esa tarea y deberían estar agradecidos por su dedicación. Pero en el fondo y a la derecha –ah, perdón por ahí se va al baño–, quiero decir que es obvio que el afán es controlar.

Pues en el poder Legislativo –que no es una horda de salvajes según nos han informado uno de sus distinguidos líderes–, han favorecido la creación de una estructura de gobierno que quita la responsabilidad de las compras, la comunicación institucional y la contraloría a las dependencias, y las concentra en ciertas secretarías.

En la operación las cosas serán más o menos así: la ventanilla 33 de la subsecretaría B de la secretaría C ubicada en el confín de la galaxia –no olvidemos que las secretarías estarán dispersas por todo el país– se queda sin tinta para el cojín con el que ponen el importantísimo sello morado. Iniciarán un bonito papeleo con sellitos rojos y azules –pidamos a Dios que no se queden sin tinta roja y azul– hasta que llegue a la concentradora de compras del centro de la galaxia gubernamental y haga, si es que le parece adecuado, el pedido de tinta morada. ¡Una eficiencia envidiable!

Siendo consistentes con eso de concentrar, eso hay que reconocerlo, legislaron para crear a los “supergobernadores”. Estos personajes manejarán, desde el ámbito federal, los programas sociales hasta la seguridad. O sea, crearon las leyes para que el gobierno funcione bajo el principio: “De aquí nomás yo decido, yo hago y el que se mueva ni sale en la foto al fin que ni me importa sus fotos, porque sólo veo las mías”.

Y ojalá, nuestro pronto-traeré-colgada-ansiada-banda-presidencial agotara ahí sus afanes controladores. Pero no, también tiene una faceta muy peligrosa. Y, suelen ser más propia de ñores el ejercerla. Supe de un ñor quien siempre “sorprendía” a su ñora con viajes en los que ella no sabía a dónde iba. Suena muy lindo, tipo yo quiero uno así, ¿no? Pues, en el fondo lo que estaba haciendo era asumir todas las decisiones; evitar que en verdad ella opinara, la dejaba constantemente en segundo plano, pero absurdamente complacida. La consultitis que estamos padeciendo tiene el mismo propósito: yo hago como que te oigo y te llevo de viaje, pero tú haces como que no te quejas de que yo decida todo. Y hasta me tienes que agradecer porque te dejé participar en un montón de consultas, no como antes que nomás decidían por ti. Sí, ajá.

Palabra de ñora, esto no se ve bonito. Nada bonito.

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