Esta ñora se quedó de una pieza cuando, en una visita a un pequeño zoológico, se topó con un Aratinga canicularis, mejor conocido como periquito atolero… pero la sorpresa más extraña fue descubrir que está catalogado desde 2020 como especie vulnerable de extinción. Esta ñora piensa que quizá eso sea en otros países, porque acá al parecer hay una abundancia increíble. Según las encuestas y los resultados electorales, hay montones de esos periquitos que aman el atole que se les da en cada mañanera y repiten solo lo que escuchan a sus amos decir. El periquito atolero contemporáneo ha desarrollado ciertos rasgos de agresividad, porque se injerta en pantera si de casualidad tratas de mostrar alguna cosa que no está funcionando.
Esta ñora se quedó pensando qué otras especies de fauna se han reproducido en nuestro país estos últimos años y lo primero que le vino a la mente fue la rata de dos patas que la adorada Paquita la del Barrio nos hizo tener siempre presente. La lista de escándalos por raterías que ha habido en el gobierno anterior y en este ha resultado larguísima, tanto que esta ñora ha notado que últimamente la me-jalo-tanto-el-cabello-en-mi-colita-de-caballo-para-sostener-mi-sonrisa-forzada habla muy poco, pero muy poco, de corrupción, y mucho, pero mucho, de nepotismo. Y se entiende, porque entre los López Beltrán, las Alcalde Luján, el Bartlettcito y los hijos del gabinete, como los de Rosa Icela, pues ahora la corrupción es nepótica.
Hablando de favorecer a los escuincles—estos sí son escuincles, no bendiciones—, esta ñora se acordó del escarabajo estercolero, una especie que alimenta a sus crías, tal cual, con estiércol, o sea, caca. Hacen con sus patitas unas bolas cada vez más grandes que llevan rodando, a veces con ayuda de otro escarabajo, hasta una cueva donde la hembra pone los huevos. Y más o menos así es como está actuando el Tribunal Electoral con el Senado en el asunto de la elección de los candidatos a jueces: están haciendo una bola de caca cada vez más grande.
Claro, esta ñora no olvida que la idea de la elección ya de por sí era basura y nada democrática, pero los de Morena ni a sus reglas ni a los procedimientos que ellos mismos inventaron se atienen. Esta ñora va despacito. Es verdad que el Poder Judicial buscó la manera legal de salvarse de tanto excremento y frenó la selección de su propuesta de candidatos (que, dicho sea de paso, era la única con reglas claras y basada en conocimientos). Pero también es cierto que el Tribunal Electoral no tiene ninguna atribución para decirle al Senado: “Pues tú haz lo que le ‘falta’ al Poder Judicial y haz una tómbola. Y de paso, olvídate de la lista que sí avanzó el Poder Judicial y mete en la tómbola a todos los candidatos inscritos”. Y, de pilón, el Senado adelanta un día la tómbola.
Esta ñora, como Beltrán del Río, nomás dice “Válgame”. Porque lo más irónico del asunto es que en todas esas “leyes” nuevas los de Morena pusieron que no había “interpretaciones” posibles de la Constitución, que se debía seguir todo al “pie de la letra”. Y hacen todo lo contrario. La elección de los jueces, magistrados y ministros de verdad será la mayor bola de caca de la historia y solo servirá para que las larvas de Morena crezcan en su interior, al parecer.
Y eso lleva a la última especie: la mosca panteonera. Esa que, como su nombre lo dice, pulula en los proyectos muertos o moribundos. Y esta semana se sumó uno más a la lista del Gas del Bienestar o la agónica Mexicana: el fin de la Agencia Aeronáutica Mexicana como órgano independiente que dependía de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Ahora pasa a ser una más de las ocupaciones de la Transformación Digital y Telecomunicaciones de Pepe Merino.
A esta ñora, primero que nada, le extrañó la carta del director de la Agencia Espacial porque se dio a conocer este mes, y uno pensaría que todos esos cambios ya estaban previstos en el presupuesto aprobado, ¿no? Pero eso como sea. Lo grave es que, si alguien a quien los proyectos le huelen a muerto peligroso, es a Pepe Merino.
Porque fue él quien, sin avisar a nadie de los involucrados y así nomás por sus pistolas, quiso hacer experimentos—no Mi Alegría, sino Mi Bienestar—con la ivermectina. O sea, un hombre súper ético y serio, ¿o no?
Realmente, esta ñora desearía que fuera así, porque resulta que, al darse a conocer el reglamento de su Agencia, se establece que podrá tener acceso a todos, pero a todos, los datos que los ciudadanos le damos al gobierno a través de cualquier secretaría. En otras palabras, la protección que antes había sobre los datos en cada organismo ya valió sorbetes, y ahora están en manos de un señorcito que consideró oportuno hacer experimentos con los chilangos sin avisarles y sin ningún rigor científico.
Eso sí, es tan consentido, pero tan consentido de la sostendré-al-gobernador-de-Sinaloa-en-su-puesto-hasta-que-mi-jefecito-diga-que-ya-mejor-no, que no solo controla los datos de todos, sino también su transmisión al espacio. Porque él será el responsable del lanzamiento del nuevo satélite.
Las moscas panteoneras a veces sí vuelan lejos.
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