El decreto de esta semana simplemente formaliza la simulación ya no es necesario el fantasma de la Guardia Nacional, ya es el Ejército y la Marina directamente los que pueden actuar contra todos.
Justo antes del encierro esta ñora estaba acabando en punto un cuadrito muy mono de una persona afuera de la puerta del baño con la leyenda “¿Cuánto dura un minuto?”. Es un hecho que un minuto cuando te urge ir es muy largo, en cambio, muy corto cuando están tomando un baño delicioso y los escuincles, perdón, bendiciones comienzan a golpear la puerta porque les urge cualquier tontería, sobre todo, cuando eran más pequeños. Pues el gobierno del predico-no-compren-un-segundo-par-de-zapatos-pero-uso-unos-de-más-de-diez-mil-pesos el minuto dentro del gobierno se les está haciendo muy corto: le ha otorgado al Ejército el mayor poder legal que jamás ha tenido.
Algún analista calificó al decreto de esta semana como el “sueño de Calderón”, lo cual francamente, no resiste la comparación porque discutible o no si Calderón hizo bien en sacar al ejército de los cuarteles, está la evidencia de que apuntaló a la Policía Federal, con la esperanza o el plan de que eventualmente fuera la fuerza civil que actuara para garantizar la paz interior.
Pero sin duda, el decreto sí es la pesadilla de quienes se creyeron aquello de regresar al ejército a sus cuarteles, pero esa pesadilla ya había empezado cuando en abril de hace un año se hizo la ley para la Guardia Civil que tiró las semanas y semanas de negociaciones de varias asociaciones y ONG que se habían creído que se haría un cuerpo civil. Medio festejaron las modificaciones a la ley que en el Senado se lograron para que en el papel quedara como un cuerpo civil.
Sin embargo, al momento de nombrar a responsables el soy-tan-silvestre-que-no-preveo-pagar-derechos-de-autor-por-una-canción-de-Juan-Gabriel-y-YouTube-me-rectifica-la-plana nombró militares, desmanteló a pesar de las resistencias y las injusticias laborales a la Policía Federal, y ni siquiera le dio presupuesto suficiente ni para el reclutamiento, ni para los cuarteles, para nada a la Guardia Nacional.
La Guardia Nacional se componía básicamente de unos brazaletes que soldados y marinos se ponían en la tarde para la foto. Y las únicas fotos de sus actuaciones han sido deteniendo a los migrantes, de hecho, el agente naranja presumió a los 27 mil efectivos que forman parte de SU MURO. De hecho, se han filtrado evidencias de que tienen órdenes de no atacar a los narcotraficantes. Aunque la Guardia Nacional tiene poderes para detener a cualquiera, para iniciar investigaciones, y para una serie de actividades que son potencialmente peligrosas para el ciudadano de a pie. El decreto de esta semana simplemente formaliza la simulación, ya no es necesario el fantasma de la Guardia Nacional, ya es el Ejército y la Marina directamente los que pueden actuar contra todos.
A esta ñora le llama la atención dos cosas, una el “deseo” de formalizar bajo la ley una situación que de todas manera era irregular, porque es el mismo argumento que usaba Mario Delgado la semana pasada para darle al me-reúno-con-Epigmenio-para-pedirle-más-guiones-porque-mis-niveles-de-raiting-van-a-la-baja todo el poder para usar el dinero del presupuesto como quisiera; sin embargo, se ha pasado la ley por el arco del triunfo cada que le ha estorbado, ni siquiera parece conocerla.
La otra cosa que le llama la atención a esta ñora, como a muchos, es el “timing”, ¿por qué en medio de la emergencia sanitaria sacar ese decreto? Esta ñora no ha querido buscar los datos de las muertes por violencia (o no le ha dado tiempo porque lavar todo lo que llega del súper, más trapear, planchar y evitar que los escuincles, perdón, las bendiciones se vuelvan ninis prematuros ha sido más demandante de que alguna vez imaginó) pero aún con el encierro a la mexicana que hubiera llevado a la fueran menos, parece que no es así.
¿El decreto es para ahora sí combatir al narcotráfico y su violencia cuando el último acto público fue abrazar a la madre del símbolo más importante del narco como es el Chapo? ¿O es una medida precautoria para contra la población como los obsesionados con el foro de Sao Paulo dicen a la menor provocación? ¿O es simplemente, otra muestra para tranquilizar al agente naranja y asegurar que le deje hacer lo quiera acá mientras el Ejército completo se dedique a detener migrantes? ¿O es para seguir comprando las voluntades bajo el barniz de la legalidad de los altos mandos muchos de los cuales ya son contratistas de las obras consentidas del sexenio?
Esta ñora buscará su cuadrito de punto cruz para acabar algo, porque el minuto de preguntarse ¿adónde carambas vamos? está siendo el más largo de la historia.
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