¿Cuál es el antecedente de presidenta?

Esta ñora por sus lectores sí se puso a ver el discurso inaugural de la muchos-apuestan-que-sólo-seré-el-tapete-entre-Andrés-primero-y-Andrés-segundo. La impresión general que le dio al escucharla fue que ella sí se siente en parada en el segundo piso (aunque para algunos ella nomás es el mezanine antes de 2030) de lo que sea que pasó los últimos seis años. Pero lo que le pareció más grave a esta ñora fue que ese segundo piso se ubica tan lejos del suelo que todos los que no votamos por ella, y no votamos por sus diputados y senadores (que tienen más de los que merece) y todos los que se irán arrepintiendo de su voto tarde o temprano: ni nos vemos ni seremos oídos porque nuestra existencia es irrelevante. 

Esta ñora reconoce que no denostó directamente a nadie (bueno un poco a Zedillo). Aunque sí se encargó avisar que claro que es un error pensar que es autoritarismo lo que pasará con el Poder Judicial o que llamar militarismo tener una Guardia Nacional con mando militar y jerárquicamente ubicada en la SEDENA (y eso sin sumar que al parecer los soldaditos seguirán al frente las más de cien tareas civiles que tienen asignadas como las aduanas, construir los nuevos trenes o administrar aeropuertos). Esto es lo que más le preocupó a la ñora porque sintió un nivel de soberbia mucho más elevado que sí parece camuflajeado en imitación a López; pero que podría ser todavía más amargo el ejercicio del poder. O quizá no, y nomás es sumisión pura ni anda de amargura,

Porque justo en ese marco de amargura es como esta ñora comenzó a ver de otra forma el beso con que de inicio saludó a Norma Piña que parecía pintar a la me-asumo-como-hija-del-68-donde-se-reclamó-al-ejército-atacar-a-la-población-civil-y-me-callo-ante-los-abusos-de-los-soldados-en-Chiapas como un ser decente y con buenas maneras, y luego de discurso pareció un te vi pero te desprecié. 

Pero de plano a esta ñora le dio el vahído cuando vio la foto del beso en la mano a Manuel Velasco. Esta ñora quiso pensar y hasta defendió que era el ángulo de la foto porque por mucho que andemos empoderadas las ñoras eso de andar resucitando formas “caballarescas” de saludo, algo así como hacerlas “damescas” pues no tenía ni pies ni cabeza. Pero pues resulta que sí, que la “histórica llegada de las mujeres” pregonada por 41 minutos acabo en batida de babas con un beso emocionado… Esta ñora de plano no entiende como la que se supone que hasta contribuyó a que terminara la guerra de Vietnam acabó atrapada en aquel poema de “era un cautivo beso enamorado (…) se acercó tanto a la prisión del beso, que ya no pudo más el pobre preso, y se escapó (…)”. Esta ñora supone que el Velasco así ya de cerca debe tener un sex appeal que te hace ver todo verde que te quiero verde y andar lanzando besos apasionados aunque sea en la mano porque ni a López lo besó nunca con tal entusiasmo. 

Por cierto, otra cosa muy comentada del discurso fue el inicio del mismo porque fue una sarta de alabanzas a López, claro con una muy cuidada introducción para meter el “fraude” que desde antes de la elección de 2006 ya se cocía según la mitología de Morena. Esta ñora puede estar equivocada, y sólo el tiempo le dará la razón. Pero todas esas alabanzas como introducción eran más para que los obradoristas la compren como la digna continuadora del segundo y elevado por encima de todo piso, como para complacerlos y tenerlos tranquilos a ellos. Como un curarse en salud para que nada de lo que haga cuando empiece a ser más radical y más ruda no se vea como consecuencia “natural” de lo cimentado por López. O esta ñora está loca y de plano única aspiración en la vida es ser una imitadora total de López (la ida a Acapulco sin mancharse los zapatos podría indicar eso, pero dejémoslo al tiempo).

Pues esta ñora hoy termina sus reflexiones nada más con una observación final (con el gancho en el título en espera que sus lectores llegaran hasta acá). En su discurso claro-que-soy-diferente-empiezo-la-mañanera-media-hora-después-y-no-uso-corbata hizo énfasis en que digamos presidenta con A, y sin duda tiene razón, porque en el uso social, que es como se hace la lengua, ha ganado esa forma femenina. Pero se le olvidó aclarar que el antecedente de feminizar una palabra terminada en “ente” por el uso social fue pasar de sirviente a sirvienta… O sea, que antes de presidenta hubo sirvienta… y eso nomás tiene algo de gracia poética, pero no tendría ninguna gracia para las mujeres si nunca se da en verdad la transición de sirvienta a presidenta, ¿o será mejor que eso no suceda?

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