La baja participación de la gente en las elecciones es más culpa de la oposición que del partido gobernante.
Esta ñora quiere hacer público que le ganó una apuesta al ñor… y perdió otra. La apuesta que ganó es que el SAT extendería el plazo para poner el vigor eso de la facturación 4 algo, esa que traía a todo el mundo de cabeza para conseguir su Constancia de Situación Fiscal para que te pudieran pagar el sueldo porque los recibos deben ser diferentes. Una noche que el ñor se quejaba de que un montón de la gente con la que trabaja necesitaba permisos para ir personalmente a ver qué pasaba y era un desastre, esta ñora habló como adivina –es que traía la toalla enredada porque acababa de salir de la regadera— apostando si implicaba la CUARTA de algo seguro no funcionaba bien; pero el ñor decía que eso sí lo iban a imponer…
A esta ñora sí le falló la apuesta de que el hablo-tanto-que-acabo-recomendando-leer-a-Hitler-y-seguro-ni-eso-he-leído a la mera hora sí iría a la Cumbre de las Américas. Aunque como esta ñora oyó el otro día, hizo berrinche para no ir, y ahora anda chillando porque no le gustó que los demás sí vayan y el presidente de Chile va a tomar el discurso que quería dar y posiblemente le arrebate el supuesto liderazgo que quería el yo-quería-ser-el-mesías-continental-pero-me-chingué-la-diplomacia.
Y hablando de diplomacia, esta ñora no sabe si ganarse Eduardo Villegas Megías ¿sentirá que se ganó el Jack Pot ahora que lo refrendaron como embajador en Rusia? Cuando lo postularon originalmente fue en enero y esta ñora ya decía que no parecía una buena idea que el cuate de la no primera dama fuera quien nos representara justo cuando se veía que las cosas se iban a complicar. Nadie sabía que se iba a complicar tanto. Claro que si Lalito Villegas es coherente y es tan comunista como se ha mostrado en diversos foros, pues estará muy feliz de residir en un país sin lazos con los “capitalistas” porque hasta McDonalds ya cerró sus restaurantes.
Después de ver el resultado de las elecciones esta ñora siente que el futuro del país se está jugando en una serie de apuestas a ciegas. Es claro que el gobierno actual no ha hecho nada bien, y en esa frase no hay ninguna mala leche, es que de verdad nada: el Aeropuerto Militar de Santa Lucía no funciona y nos costó mucho dinero; el Tren Maya además de no funcionar, costarnos mucho dinero está causando graves daños ecológicos y Dos Bocas, que se “inaugura” en tres semanas no tendrá suministro de petróleo pues no está conectada a los ductos. El desabasto de medicinas sigue, la inseguridad se extiende a pasos agigantados. La corrupción sigue apareciendo en la familia cercana del dejé-de-combatir-a-los-delincuentes-pero-no-crea-que-tengo-pacto-con-ellos; pero aun así no se ve claro que la mayoría de la gente esté dispuesta a moverse, organizarse o mínimo lanzarse a ejercer el voto.
Esta ñora no se atrevió a apostar con el ñor sobre los resultados de las elecciones porque estaban bastante cantados. Pero hubiera perdido absolutamente si hubiera apostado por los porcentajes de participación y su influencia en los resultados. O sea, a esta ñora no le sorprendió que Morena ganara en Oaxaca, sino que ¡sólo el 40% fuera a votar! O que Tamaulipas fuera el estado donde más gente fue a votar (como 51% o algo así, tampoco es que fuera hasta el perico) y que de todas maneras ganara Morena. A esta ñora le queda claro que cada estado tiene equilibrios políticos internos que sólo los entienden quienes están muy metidos en esos asuntos locales; pero está convencida que la baja participación de la gente en este caso es más culpa de la oposición que del partido gobernante.
A esta ñora a veces le parece que México está en una escena de las películas del viejo oeste, en medio de una zona desértica, en un pueblo semivacío, donde los habitantes están con caras largas porque fracasaron en la búsqueda de oro y están todos metidos en el “saloon” viendo como unos cuantos están jugando pókar; pero todos fueran pésimos jugadores y así en lugar de retarse a hacer mejor las cosas; parece que todos se contagiaron de la mediocridad, la cortedad de miras, la superficialidad. No es que la oposición fuera desde antes superior, más bien son como en la Biblia cuando Nuestro Señor les dice “que”.
Pero en cualquier competencia, incluso, las que dependen de factores como el azar, cuando hay dos buenos oponentes los dos lados salen “beneficiados” porque se deben esforzar en hacerlo mejor que el otro y desarrollan más sus habilidades. En cambio, cuando uno es malo y el otro peor, se van hundiendo y hundiendo tal como parece que está ocurriendo hoy en el país donde los protagonistas o carecen de habilidad, o de encanto o de honradez…
Como esta ñora, se niega a perder la esperanza del todo, quiere creer que es bueno que a dos años de la elección presidencial se haya dado este resultado tan mediocre en las elecciones y se esté poniendo en evidencia que los mexicanos queremos más que un discurso anti y queremos que como ave fénix la buena política que busca el Bien Común resurja de las cenizas y llegue a tiempo para que nos unamos todos no para derrotar al hablo-de-pobreza-franciscana-mientras-vivo-en-un-palacio-y-me-llevan-a-jugar-beisbol-cuando-quiero sino para tener un mejor país. Y para ello, los mexicanos en general debemos de dejar de ver a los jugadores y plantearnos qué queremos, sino nada va a cambiar.
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