De lengua me como un ganso

Entre ñoras hay una competencia en saber quién platica más, pero, solo las ñoras cumplen lo que dicen…


Las noras y los políticos hablan mucho


Para eso de hablar nadie le gana a una ñora, bueno, parece que sí… los políticos nos dan tres vueltas. Pero hay una pequeña diferencia, las ñoras solemos cumplir lo que decimos. Incluso cuando se nos va la lengua y amenazamos al escuincle, perdón, a la bendición cumplimos; aunque eso signifique, a veces, cuestiones extremas.

Como una ñora amiga mía que le dijo a su bendición que si no se comportaba se iba a quedar a dormir en el coche. Y claro, el escuincle se convirtió en maldición y… la ñora tuvo que irse a dormir junto al auto, donde no la veía, para cumplir su palabra.

En cambio, nuestro presidente ganso –y vaya incoherencia, ¿por qué no quetzal o guajolote en lugar de ganso que suena taaaaan europeo?– habló y habló de cuánto iba combatir la corrupción y, no sólo desde la época de aún-no-gobierna-no-se-le-puede-reclamar ya se había echado para atrás, diciendo que para qué hacer lío si estaba el suelo tan parejo, que borrón y cuenta y nueva. Al parecer, su sombra purificadora anticorrupción se extendió muchísimo, tanto que ya nadie sería juzgado. Luego, como lo vieron feo, no que mejor una consulta que es corrupta en sí porque no cumple con la legalidad, habría que agregar. Para luego insinuar que es a los empresarios y no a los funcionarios a quienes se debía juzgar. Eso aquí en China es ofrecer chivos expiatorios –este artículo parece visita a la granja de Don Pepe– y no un ejercicio real de prevención de la corrupción.

Las múltiples acusaciones que el presidente, que por las mañanas parece lorito repitiendo y repitiendo, ha lanzado a organismos que garantizan la transparencia –sí en versión mexicana, tampoco nos emocionemos– y sus acciones de persecución contra estos organismos cuando fue Jefe de Gobierno, evidentemente no son alentadores. La desaparición de un plumazo de ganso del Instituto de la Evaluación Educativa como parte del paquete de carne molida en la que está convirtiendo a la Reforma Educativa también en síntoma de que institutos u organismos que hagan juicios, examinen y trasciendan a las políticas sexenales no le gustan. Parece que la política anticorrupción no se basará en usar métodos de medición objetivos, sino que se medirá en los aluxes generados por la pureza transformadora de cuarta, ¡ah! no, al revés, de la cuarta transformación.

Y de pilón, los gansitos que por desgracia para México tampoco están resultando pavo reales que desplieguen sus plumajes para demostrar independencia, aprobaron la Ley de la Fiscalía a modo y bien bonita para continuar con la sombra protectora. Los reclamos de la sociedad que se elevaron desde antes cuando todavía era iniciativa en el gobierno del me-cuido-más-el-copete-que-tú. Esas voces pedían que la Fiscalía tuviera autonomía en muchos niveles, que NO quedara bajo el ala ¿protectora? de la presidencia, esas voces se reunieron varias veces con diputados y senadores para exponer la importancia de la Fiscalía independiente. Pues a esas voces, como en el Son de la Negra les dijeron sí, pero no les dijeron cuándo… y decidieron que ese “cuándo” volara por los aires hasta el infinito y más allá en las alas de nuestro presidente que se dice ganso, pero que se come de lengua un plato si de combatir en serio la corrupción se habla.

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