Voltaire odiaba los dogmas, los mandamientos y todo aquello que mermara la voluntad del hombre y lo pusiera por debajo de los derechos y las leyes de Dios.
La tolerancia volteriana, llena de contradicciones, prohíbe, en nombre de la libertad, toda discrepancia.
Te puede interesar: Apuntando al cielo
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com