La sociedad parece que no ama la vida como dice, pues por un lado hace todo para no enfermarse y por otro permanece pasivo a males silenciosos como el suicidio.
Dice Dostoievski que quien teme la muerte es porque ama la vida. Desafortunadamente, el aumento de los suicidios a nivel mundial parece contradecir ese amor a la vida que como sociedad decimos tener. Es hora de hablar de un tema incómodo, pero que afecta a varias familias.
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