El hombre ya no sabe si es malo por naturaleza o por construcción social, por cultura o por incultura, por impulso o por inercia.
A través de planes de estudio, leyes y medios de comunicación se ha tratado de eliminar la llamada masculinidad tóxica. Y aunque es mucho lo que el hombre ha cambiado en estas últimas décadas, las relaciones “dañinas” siguen vigentes. ¿A qué se debe esto?
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