Los medios de comunicación están presentes en la vida de nuestros hijos, pero no podemos dejarlos solos frente a ellos porque no son confiables.
Hace apenas algún tiempo se podía confiar en la inocencia de los programas que veían los niños. Desafortunadamente, cada vez con más frecuencia, se ven en las pantallas comportamientos francamente inmorales aún en programas dirigidos a los más pequeños. Si exponemos, de manera indiscriminada a nuestros niños y jóvenes a un sinfín de medios de comunicación que presentan lo malo como bueno, atractivo y popular no podemos esperar que permanezcan inmunes a su influencia. Es hora de actuar.
Te puede interesar: La formación de las hijas
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com