Es necesario ser ignorante, cínico o ingenuo para pensar que el sistema económico propuesto por el marxismo funciona, y que su fracaso se debe a variables independientes a este.
“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes”. Así comenzaba Marx en 1848 su “manifiesto comunista”. Desde entonces han pasado 174 años y las cosas han cambiado. Y mucho. Dicho sistema ha logrado, por muy diferentes métodos, propagar sus errores, como la Virgen nos advirtió en 1917, por todo el mundo.
Los continuos y repetidos fracasos económicos del sistema comunista, ahí donde se implanta, da fe de sus grandes equivocaciones en dicha materia. Es necesario ser ignorante, cínico o ingenuo para pensar, a estas alturas, que el sistema económico propuesto por el marxismo funciona, y que su fracaso, en todo caso, se debe a variables independientes a este. Mas los errores de los cuales la Virgen nos alertó, van mucho más allá del plano económico.
No podemos olvidar que, guiado por la filosofía marxista, Lenin llamó a: “librar la batalla más decidida y despiadada contra el clero y reprimir su resistencia con una crueldad que no olvidarán durante muchas décadas.” El estado soviético ha dirigido la persecución religiosa más sangrienta, larga y masiva de la historia.
Sin embargo, la violencia no basta para transformar una sociedad. Es, a través de leyes inmorales (generalmente rechazadas en sus inicios por los ciudadanos) que logran que poco a poco, sus yerros acaben siendo aceptados, por una mayoría que; debido al relativismo imperante, difícilmente distingue entre la legalidad y la legitimidad. Veamos las similitudes de estas leyes entre los países cuya ideología “mortalmente opuesta” tuvieron en vilo al mundo durante la llamada guerra fría.
Separación de la Iglesia y el Estado.
Fue establecida en 1917 en la Unión Soviética. A partir de esto, las autoridades (alegando defender los intereses del estado) reprimieron y persiguieron brutalmente a la religión cristiana. La política marxista-leninista aplicada por el gobierno pasó, rápidamente; del control a la supresión y de ahí a la eliminación de las creencias religiosas. A tal grado, que se cree que el estado soviético ejecutó a un promedio de 12 a 20 millones de personas sólo por sus creencias religiosas. Sin embargo, la mayoría de estos fueron, astutamente, acusados de ser miembros subversivos al estado. A su vez, se implementó una fiera propaganda antirreligiosa y se promovió el “ateísmo científico”.
Estados Unidos lleva la delantera al mundo entero en la promulgación de dicha ley pues, desde su nacimiento como nación, en 1776; se estableció la separación iglesia-estado. Y si bien, esta nación se ha distinguido por su tolerancia a las múltiples denominaciones cristianas de raíz protestante, su intolerancia a la verdadera religión ha sido evidente.
Divorcio
En 1917 el estado soviético estableció que, las actas del estado civil fuesen inscritas exclusivamente por las autoridades civiles en los departamentos de inscripción de matrimonios y nacimientos, desconociendo la legitimidad del matrimonio religioso y promulgando, en 1918, el divorcio sin culpa. Prácticamente cincuenta años después, en 1969, Estados Unidos legalizaba el divorcio sin culpa en el Estado de California. Actualmente, se calcula que un promedio del 45 al 50% de los matrimonios, acaba en divorcio.
Aborto.
Fue despenalizado por primera vez por Lenin, en 1920. Cincuenta y tres años después, en 1973, Estados Unidos despenalizaba a su vez el aborto con el famoso y engañoso caso de, Roe vs. Wade.
Homosexualidad.
Los bolcheviques legalizaron las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en 1917. En 1950, en los Estados Unidos, el comunista Harry Hay fundaba la primera organización de derechos de los homosexuales en la historia, llamada Mattachine Society. En 1961, se despenalizaba la homosexualidad en el Estado de Illinois al que seguirían otros. En el 2015, la Corte Suprema de los Estados Unidos legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país con lo cual se otorgó a dichas parejas, la posibilidad de acceder a la adopción, así como a los métodos de procreación artificial.
Educación laica.
Desde 1917 la educación, antes a cargo de la iglesia, pasó a ser controlada por el estado. El marxismo tuvo como uno de sus principales objetivos: “liberar a la mujer de la esclavitud del hogar, la opresión del matrimonio, el trabajo doméstico y la cría y educación (incluida la sexual), de los hijos”. Por ello, dichas tareas fueron asumidas por el estado a través de: escuelas, viviendas colectivas, hogares de guarda, etc. En 1919, en Hungría, se introdujo por primera vez, de la mano de Béla Kuhn, la educación sexual para niños en edad escolar, con el claro propósito de pervertir la inocencia de los niños. Con esto se aseguraba el declive moral de la sociedad y la destrucción de la familia natural.
Sería en los nefandos años sesenta que, en Estados Unidos, se introdujera en las escuelas la perversa educación sexual, de la mano del infame comunista Alfred Kinsey, cuyos fraudulentos estudios; fueron financiados y ampliamente difundidos por la Fundación Rockefeller, logrando “normalizar” todo tipo de perversidades sexuales, incluyendo la pedofilia.
Estos son sólo algunos de los errores que, extendidos por el mundo, están legalizados (exceptuando la pedofilia) en mayor o menor medida. Y es que, parafraseando al Santo Papa Pio X, podemos definir al comunismo como; la suma de todas las herejías. El comunismo tiene en sí los errores del: protestantismo, que pone la opinión del hombre por encima de la verdad revelada a la iglesia; del liberalismo, que sostiene que el hombre es independiente y no debe obediencia alguna a la autoridad divina; del evolucionismo, que al afirmar que el hombre es simple materia creada al azar, niega su sentido trascendente y rompe con la ley natural; del marxismo, que afirma que, a través de la lucha y el conflicto constante en la sociedad, se logra el progreso.
Además, el marxismo tiene la facultad de transformar continuamente su discurso a fin de seguir impulsando el conflicto. A dicha filosofía debemos la lucha de clases, el feminismo, la lucha de las minorías, el transgenerismo y la nefanda ideología de género; entre otras lindezas. La falta de valores comunes en la sociedad y los continuos enfrentamientos entre diferentes grupos, no son casuales. El marxismo lo que busca a través del conflicto, como lo señaló Hannah Arendt, “es la transformación de la propia naturaleza humana”. Y esto, parecería que están cerca de lograrlo, a través del transhumanismo.
En nombre del progreso, la libertad y la dignidad del hombre; nuestra sociedad se ha rebelado contra Dios, contra Su ley y aún contra el orden de Su creación. El resultado de esta rebelión es tan evidente como atroz. Fuimos advertidos y sin embargo, la gran mayoría de los fieles hemos ignorado la llamada a la conversión de la Virgen de Fátima, así como Su amorosa solicitud del rezo diario del Santo Rosario y la devoción de los cinco sábados primeros de mes. La conversión de la sociedad comienza por la transformación de nuestras familias. Termino con las sabias palabras de Pío XII: “Es un mundo total el que hay que rehacer desde los cimientos: de salvaje, volverlo humano; de humano, volverlo divino, es decir, según el corazón de Dios”.
Te puede interesar: Los errores de Marx
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com