¿Qué diría san Ignacio de Loyola?

Es triste que lo que fue durante siglos la defensa más efectiva de la Iglesia, la heroica y combativa Compañía de Jesús, haya podido ser también infiltrada para llegar a ser un instrumento de la izquierda.


Ibero


Ignacio de Loyola, un santo fuera de serie, fundador de la gloriosa Compañía de Jesús, defendió a la Iglesia Católica y su unidad como solo él supo hacerlo. Yo soy ignaciano de corazón y de formación, mis años de bachillerato con el padre Manuel Figueroa SJ, el padre Agustín Da Silva SJ y otros, impregnaron mi espíritu, me formaron con una mente abierta y ansioso por conocer la verdad, con el valor de defenderla en todo momento.

Louis de Wohl, de padre húngaro, madre austriaca, que creció en Alemania y se desterró a Inglaterra en tiempos del nacional-socialismo, escribió la historia de Iñigo de Loyola y Licona, soldado y aristócrata, El hilo de oro en una forma hermosa y muy humana (se las recomiendo).

Fue tal la condición de la Compañía fundada por san Ignacio de Loyola. Para llevar a cabo la Revolución Francesa y posteriormente la desintegración del único imperio en la historia en el que nunca se ponía el sol, el Imperio Español, tuvo la masonería con su base en Inglaterra que conseguir la expulsión de la Orden Jesuita de los dos países años antes de realizar esos infames hechos que costaron muchas vidas especialmente en la primera por odio a todo lo cristiano, como ha sido después en todas las partes en las que la masonería iba imponiendo la izquierda, el socialismo (Rusia, Europa del Este, España, China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua, y si nos dejamos en México).

Lo anterior lo consiguió infiltrando agentes muy hábiles en los gobiernos correspondientes, consiguiendo desde adentro lo que nunca hubieran conseguido frontalmente. Bajo ese sistema acabaron con Poinsett al frente, con el imperio más grande de América, el imperio católico, el de México (ya habían acabado con el imperio católico español), solo en segundo lugar en el mundo con más de 10 millones de kilómetros cuadrados, después del imperio Ruso de 17 millones, que abarcaba desde Panamá hasta Alaska, para poder hacer crecer a los EE.UU. el nuevo instrumento de la masonería para su política mundial, dejando en un segundo lugar a Inglaterra.

Eso mismo está haciendo con la Iglesia, sacerdotes, obispos, cardenales, gente muy cercana al papa, son agentes infiltrados, para acabar con la Iglesia. Solo que no han tenido en cuenta las palabras del Señor: “Las fuerzas del infierno no prevalecerán contra mi Iglesia”, y nosotros somos su Iglesia.

Sin embargo, es triste que lo que fue durante siglos la defensa más efectiva de la Iglesia, la heroica y combativa Compañía de Jesús, haya podido ser también infiltrada para llegar a ser un instrumento de la izquierda (masonería) para su campaña descristianizadora del mundo, siendo en estos tiempos promotora efectiva de la Ideología de Género habiendo empezado abiertamente en la Universidad Jesuita de Nueva York o Washington (no recuerdo bien), siguiendo con la Universidad Iberoamericana (universidad jesuita) de la Ciudad de México y luego con la Ibero de Puebla introduciendo los sanitarios para todo género, como primer paso, como lo advirtieron ellos mismos, para seguir posteriormente con otras medidas.

Ya el entonces rector de la Universidad Iberoamericana en Puebla, el padre David Fernández Dávalos SJ había hecho declaraciones inaceptables para un sacerdote católico, ahora acusa de clasista y discriminatoria la actitud de quienes han manifestado su desacuerdo con las políticas y las decisiones de la actual administración populista de Morena encabezada por Andrés López Obrador.

Según el Padre Jesuita David Fernández Dávalos, actual rector de la Universidad Iberoamericana (UIA o Ibero) de la Ciudad de México, la oposición manifiesta de cada vez más grandes sectores de la población del país no es otra cosa que un ataque de carácter clasista y permanente –en los terrenos ideológico, político y económico–, que se perpetra “para que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no tenga éxito”.

Al hablar sobre “el compromiso de los cristianos en la coyuntura de México hoy”, apuntó que entre los factores que generan un panorama difícil en México persiste una “extrema derecha que ha salido a las calles”. Hay que recordar que la izquierda se ha empeñado a calificar a la Iglesia Católica de “extrema derecha”, igual que a todo organismo o persona que no esté de acuerdo con sus objetivos.

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Dice que aunque en lo político no tiene contrapeso gubernamental, académico y religioso pues Morena controla totalmente el Congreso de la Unión, este existe en quienes poseen los grandes capitales del país y los medios de comunicación. Acusó que son “precisamente esas élites” las que protestan por las decisiones de la actual administración, como el combate a la corrupción, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México o la construcción de la refinería de Dos Bocas, pues son temas que afectan “directamente sus intereses”. En sus comentarios, sin embargo, parece no tomar en cuenta los crecientes grupos de gente de la clase media, que no posee “grandes capitales” y reprueba el gobierno de López Obrador. Atribuyó a los “sectores acomodados” actitudes de desplante y discriminación a los mexicanos que votaron por el actual presidente.

Siempre contradictorio, el rector opinó que con sus decisiones, (AMLO) ataca y debilita a la sociedad civil, además de que confisca recursos para la operación regular de instituciones del Estado. La ambigüedad de la intervención del rector llega al extremo de criticar a López Obrador “por sus decisiones de derecha” y por generar inconformidad popular, pero al mismo tiempo, pasa a considerar que quienes critican las decisiones presidenciales no son los afectados, sino “los acomodados”.

Testimonios periodísticos demuestran que la mayoría de quienes marcharon inconformes con las medidas descabelladas de AMLO no es gente “acomodada”. Por lo que lo que afirma el rector que es clasista la reacción de la derecha contra gobierno de AMLO, está totalmente fuera de lugar.

¿Qué pasa con la Compañía de Jesús? ¿Qué diría san Ignacio de Loyola de la infiltración de agentes de izquierda en sus filas? Se ve que la estrategia le está resultando buena a la masonería, primero España y Francia, luego México, y al último la Iglesia Católica, haciéndose notar en estos días la de la Orden Jesuita. No estaría por demás que los buenos jesuitas, con un efectivo trabajo de inteligencia militar, detectaran a los agentes y los expulsaran, retornando la Compañía de Jesús a sus anteriores glorias nuevamente.

El trabajo de quinta columna en las guerras ha sido funesto muchas veces y no es la excepción en el caso de la guerra entre el bien y el mal, si por parte del primero normalmente hay ingenuidad y poca malicia y por el segundo toda la perversidad imaginable.

Afirmemos nuestra postura combativa, recordando lo que en la Primera Guerra Mundial en las Ardenas, Bélgica se dijo de aquel héroe mexicano el sargento José Mendoza López originario de Oaxaca: “en las trincheras no hay ateos.” En las trincheras se cree en Dios.

“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro, donde hay Agua y aire puro hay Vida.”

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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