Juan Manuel Martínez, mejor conocido como el “Padre Trampitas”, fue un ejemplo y ayuda para los reclusos en las Islas Marías; pues los ayudó a conocer a Dios; sin embargo, para alguien como AMLO, este tipo de logros, no importan.
El actual gobierno populista acaba de cancelar las Islas Marías como máximo penal de México, convirtiéndolas en reserva natural. Les quitó la oportunidad a delincuentes peligrosos de regenerarse en un ambiente sano en contacto con la naturaleza (un paraíso natural) y con Dios, la mayor seguridad de rehabilitarse verdaderamente y sobre todo de poder ponerse en paz con ellos mismos y con Dios, de lo que en forma de entrega total como reclusos voluntarios, renunciando a todo, para la atención espiritual de los presos, están dedicando sacerdotes jesuitas, destacando entre ellos el famoso “Padre Trampitas” Juan Manuel Martínez, llamado así porque decían que le hacía trampas a la muerte.
Juan Manuel Martínez era un hombre alegre y bromista que vivió a principios del siglo pasado, embriagado de la furia anticlerical, atacó a la Iglesia con verdadero fanatismo, apedreo a sacerdotes inclusive a un obispo, intentó dinamitar a una catedral. Pero la insistencia desesperada de su madre, cuando le dijo: “Te amo porque eres mi hijo, pero sufro por tu actitud”, lo hizo reaccionar y cambió, le juró que nunca más lo haría. Decidió estudiar para sacerdote, lo que tuvo que hacer en EE.UU. porque en México por sus antecedentes no lo aceptaban.
En 1924 entró al seminario ordenándose en 1937, viniendo a su país por dos años a la Misión Jesuita de la Sierra Tarahumara y de ahí directo al Penal de las Islas Marías, quería dedicar su vida a personas privadas de su libertad por haber cometido un delito grave. En su capilla muchos delincuentes encontraron a Dios. Decían que ya estaba en el inventario de las Islas Marías. Cuando murió en los años noventa, se cumplió su última voluntad de que lo enterraran junto al “Sapo” un criminal que se convirtió gracias a las pláticas con el padre, del que llegó a ser un buen amigo.
Aparte de todos los presos que enderezaron sus vidas, bautizó a más de 1000 reclusos, de los cuales muchos Vivian con sus familias completas.
Hay muchos sucesos de los que todavía se habla en el Penal, que prácticamente se pueden tomar como verdaderos milagros como es el caso de “Pablo el Blasfemo” o el de “Pancho Valentino el Mata-curas” el que quiero citar, y otros muchos, en los que en todos intervino la mano de la Santísima Virgen.
Pancho había matado a un sacerdote, por lo que al llegar al Penal se presentó ante el Padre Trampitas como: “Yo soy Pancho Valentino, el mata-curas” la respuesta fue: “Pues yo soy el Padre Trampitas, el mata-mata curas y no te me enchueques porque te lleva la…” Después de varios años en los que, al saludarlo el Padre, Pancho respondía solo con escupitajo al suelo, un 2 de enero temprano un preso llegó con el Padre: Tenga cuidado que Pancho lo quiere matar. Ya de noche llegó a la celda del Padre y lo invito a salir. Ya en la capilla, el Padre le dijo ofreciéndole a Dios su vida por la conversión de los presos: “Mátame de una vez”. Pancho con el rostro retorcido, soltó una carcajada, pero volteando la cara se quedó mirando el rostro de la Virgen de Guadalupe y dijo: “Ya no Virgencita, ya no, por favor”, y golpeando el suelo fue hasta el Sagrario: “Ya no quiero matar a otro cura”. A la mañana siguiente pidió confesarse, ya no fallaba a la iglesia y comulgaba, pues había hecho su Primera Comunión y los viernes subía al cerro con una cruz de madera negra de 70 kg. Y así hasta su muerte.
Una labor y una oportunidad tan extraordinaria con y para la delincuencia y consecuentemente para toda la sociedad, ha sido eliminada de un plumazo. Ya no se contempla lo que es mejor para el pueblo, sino con lo que puede impactar y hacer ver que ahora si hay un cambio, no importa en qué sentido y si hace daño en lugar de un beneficio.
Es de preocuparse, aunque muchos afirman que todo va perfectamente, que todos están encantados, el pueblo, los empresarios, que está habiendo inversiones enormes y que las seguirá habiendo, pienso que hasta los delincuentes están encantados, que están viendo que no pasa nada, les toleran todo y no hay castigos (Coordinadora de maestros, huachicoleros, etc.), hay una impunidad absoluta y se prometió el indulto a detenidos.
Por otro lado, se están dando los pasos necesarios para un control total del congreso (diputados y senadores), del poder jurídico, incluyendo la Suprema Corte de Justicia de la Nación y para rematar se crea la Guardia Nacional, perfectamente entrenada y equipada, un cuerpo élite, con el cual meter al orden a quien no esté de acuerdo, como lo tiene Maduro en Venezuela con sus mercenarios cubanos, listos para lo que se presente. Unir los tres poderes en uno solo, el ejecutivo controlando al legislativo y al jurídico y llegamos sin darnos cuenta a estar bajo el poder absoluto.
Todo indica, aunque lo disfracen con mil pseudoargumentos, con mentiras y calumnias, propio de la izquierda, especialmente del régimen POPULISTA actual, que se tiende a poner los medios adecuados para establecer un poder absoluto, que una vez implantado ¿Quién será capaz de oponerse a él?
Lo bueno, es que, en Venezuela, se está logrando a pesar de los tremendos esfuerzos de Maduro, para impedirlo, un avance paulatino para mejorar la situación general, lo que no pasa en Nicaragua con Daniel Ortega. El apoyo humanitario que varios países han enviado está a punto de entrar al país, para lo cual el presidente interino, está pidiendo a los mandos del ejército, dejen pasar esa ayuda que tanto necesita el sufrido pueblo y que Maduro no quiere dejar pasar, porque Venezuela no es mendigo.
Que Nuestra Señora de Guadalupe nos asista, apoyando los esfuerzos que hagamos, para que no tengamos que llegar como en Venezuela a mendigar la ayuda humanitaria y la que el poder absoluto del socialismo populista trataría de impedir que nos llegue.
“Donde hay bosques hay agua y aire puro; donde hay agua y aire puro hay vida.”
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